Capítulo IV. La era de las monarquías israelitas.
Ramsés iii.fue el último de los grandes faraones en cuyas venas corría sangre egipcia nativa. Todos sus sucesores llevaban el mismo nombre que él, pero no poseían ni su energía ni su poder para gobernar. Había salvado a Egipto de nuevos ataques externos, y estaba bien que lo hubiera hecho, ya que los débiles monarcas de la vigésima dinastía no habrían podido resistir al enemigo. Dejaron incluso de construir o erigir los monumentos que daban testimonio de la prosperidad del país y el progreso de su arte. LEER MÁS »