A pesar del cambio de nombre, de la aparente sobriedad y una patente falta de espontaneidad en algunos casos, los desfiles de Madrid Fashion Week han dado paso un EGO que parece más vivo que nunca.
Una sorpresa agradable que comenzó con el desfile doble de Moisés Nieto (ganador del Premio L’Orèal) y Shen Lin.
Nieto deslumbra con su mezcla de tejidos, sus justos plisados una paleta cromática más que correcta y unos complementos excepcionales.
Los abrigos con mangas que imitan pieles nobles como el cocodrilo hacen las delicias de público y crítica. Lo mismo que los pantalones de pernera ancha y talle alto.
Nos encantan los complementos metálicos de Assad Wad (que ya colaboró en el “enredo” de Maya Hansen de la pasada edición) y los vestidos mitad pelo, mitad gasa. Sublimes.
Tras sus contundentes propuestas, la delicadeza natural del diseñador de origen taiwanés Shen Lin.
Nos gusta la mezcla entre faldas tableadas y abrigos con sedas y volúmenes orientales (casi una evolución, más extrema, de lo visto días atrás en Ailanto)
Imágenes: Lucía Pardavila
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