Cada uno de nosotros cree que es el mejor, que sin él (o ella) el mundo no podría seguir girando, o cuando menos, que la humanidad se vería privada de la obra de un genio.
El ego no es malo en sí mismo, al contrario, nos da autoconfianza, nos reafirma. Y es indudable que los artistas también necesitamos ese tipo de vitaminas. Porque igual que nos colgamos de una nube cuando nos alaban, nos hundimos en la miseria cuando nos denostan, ¿o no?
Amazon ha democratizado la publicación para todos los escritores, buenos o malos, con criterio o sin él. Pero el lector de ebooks es tan exigente como el del libro tradicional, o más. Él es quien hace la criba, quien respalda una novela o la deja hundirse en un pozo sin fondo, y también quien opina sin contemplaciones, porque es su derecho. Y esas opiniones, que a veces nos gustan y otras no, son una lección de humildad para los autores, para que no dejemos de tener los pies en la tierra.
Y, dicho esto, os dejo unas imágenes que son puro ego, jeje.
¡Buen finde y feliz semana!