El ejercicio físico como terapia psicológica.

Publicado el 29 junio 2015 por Braisly @BraisLY

"Libérate, ejercítate"

Hoy en día no es extraño encontrarse con personas cada vez más jóvenes diagnosticadas con una severa depresión. Autoexigencias al límite, vida laboral cada vez más inestable (en el mejor de los casos, si no inexistente...), economía bajo cero... Todo esto conlleva a que perdamos calidad de vida y que no seamos todo lo felices que debiésemos.

¿Por qué nos complicamos la vida?

La vida de los jóvenes (y de los no tan jóvenes) se ha complicado de forma exponencial en los últimos años.

Las consultas de los psicólogos de la seguridad social y de los seguros médicos están abarrotadas y ésto no hace más que señalar que nuestra sociedad se halla ante un profundo cambio.

Hay circunstancias en la vida que no podemos evadir (pérdida de un ser querido, rupturas, cambio radical de una situación...) y aunque son tan naturales como la vida misma, no por ello dejan de ser muy dolorosas.

Podemos optar por varias soluciones: hundirnos, llenarnos de medicamentos con brutales efectos secundarios o buscar la forma de salir por nuestro propio pie de una forma económica, rápida, efectiva y que nos reporte muchísimos beneficios: hablamos del deporte.

¿Cómo levantar cabeza?

Al principio es difícil de encajar con nuestro horario y pondremos mil y una escusas, pero lo cierto es que siempre hay un lugar y un momento adecuado para poder practicarlo: De no poder acudir a un gimnasio, tenemos la opción de colocarnos las zapatillas y salir a correr o incluso de hacer una rutina en casa, de las cuales disponemos multitud de vídeos por Internet.

Introducir el ejercicio es una llamada a nuestra toma de conciencia: cuando comenzamos a saber el es fuerzo que requiere quemar calorías, de forma natural a elegimos alimentos más sanos y nutritivos y ésto revierte de forma directa en nuestra salud física y psicológica.

Es muy usual que comiences a tomar decisiones. La depresión es capaz de sumir a las personas en un estado de indecisión constante y que de forma sistemática evadan responsabilidades y no definan sus propios límites sin que sean conscientes de ello: el ejercicio te obliga a priorizar objetivos y te da ese empujón que necesitas para resolver tus propios problemas existenciales.

Es especialmente recomendable para aquéllos jóvenes con una gran formación que por la situación actual no pueden dar rienda suelta a sus conocimientos. La práctica de ejercicio estimula la creatividad y la resolución de problemas, ayudando a mantener ocupadas nuestras inquietas mentes por nuestra naturaleza joven y a encontrar una posible solución a nuestro estado.

No necesitas una gran inversión para comenzar: el running es la opción más económica sin duda alguna. Sólo necesitas unas zapatillas y grandes dosis de motivación los primeros días. Por ello es actualmente un deporte muy en boga. Cada vez es más frecuente que nos encontremos por la ciudad a gente corriendo cuando hace unos años no era habitual.

También puedes apuntarte a un gimnasio: ten en cuenta de que pagas por estar entretenido todo un mes y encima haces un gran favor a tu salud.

Efectos del deporte

La mayor parte de las personas que corren declaran que al principio es duro; por mi propia experiencia puedo decirte que el primer mes lo consideré horrible entre las agujetas y lo que cuesta crear el hábito; pero tras pocas semanas de comenzar sientes la necesidad imperiosa de salir. A todo el mundo le ocurre lo mismo: quedan enganchados a la sensación de las endorfinas y tú no tienes por qué ser diferente.

Es bien conocido en el mundo de los corredores, esa inexplicable fuerza que te lleva cada día un poco más lejos. En algunos casos pueden darse incluso el "runner's high", descrita como una sensación casi mística que puede compararse con un estado alterado de conciencia que les ocurre de forma espontánea a los corredores experimentados. Ellos hablan de sensaciones de correr sin a penas esfuerzo, como si las piernas les fueran solas y pudieran seguir así durante horas.

Yo no suelo salir a correr; en mi caso entreno con pesas, pero las sensaciones que describen los corredores no me son del todo desconocidas. La sensación de fusión con la pesa y mi cuerpo no la cambio por nada. Cuando entro en el gimnasio todos mis malos humores y preocupaciones se quedan en la puerta.

Por supuesto esto no es cosa de magia: la explicación científica se encuentra en la producción por parte de nuestro cuerpo de endorfinas que hacen que queramos sentir la necesidad de entrenar día tras día.

Muchos de nosotros hemos experimentado esa sensación sin prestarle demasiada atención por puro desconocimiento: ahora que ya lo sabes intenta recordar una situación en la cual te hayas sentido frustrado porque no puedas ir a entrenar ese día. Es muy curioso cómo a la misma hora en la que solemos estar enfrascados en nuestro entreno, el cuerpo nos manda señales físicas para que comencemos, aunque de sobra sepamos que en ese momentos no vamos a hacerlo.

Los efectos son tan potentes que en muchos casos las personas con depresión severa dejan de tomar fármacos... de igual modo personas mayores con fuertes dolores musculares comienzan a caminar mejor, enfermos de fibromialgia sienten muchos menos dolor... mejoras ocasionadas por el efecto sobre el estado de ánimo del ejercicio (no olvidemos el factor psicológico de muchas de las enfermedades "modernas").

Para aquéllos que alegan que no tienen tiempo porque están estudiando he de decirles que influye notablemente en el rendimiento académico. Multitud de jóvenes verían incrementadas sus notas si en vez de pasar tantas horas sentados frente al ordenador salieran a correr o al gimnasio. Cientos de problemas matemáticos y de física se resolverían después de una buena caminata. Cambia tu sesión de charla por facebook o twitter por una hora de ejercicio y ya verás los resultados.

Está demostrado que hacer ejercicio cuando estamos continuamente cansados nos activa. Por paradójico que nos parezca la inactividad es mucho más agotadora que una vida deportivamente activa.... igualmente influye en nuestra autoconfianza, nuestra imagen corporal positiva e incluso en nuestra libido.

Cuando comenzamos a ver resultados tras pocas semanas, la gente comienza a decirnos que nos encontramos más delgados, que estamos más vitales, interesantes, o que nos notan simplemente distintos. Por ende también nos hace más populares: si echamos la vista atrás hasta cuando íbamos al colegio; todo el mundo recuerda al niño que mejor jugaba al fútbol y al que perseguían todas las chicas, por poner un ejemplo.

No solamente nos aporta éstas satisfacciones personales; reduce el estrés, la ansiedad, los dolores de cabeza, nos libera de la tensión del trabajo, nos ayuda a dejar de fumar, con los problemas del corazón, hace que seamos más extrovertidos, ayuda con el dolor en esos días tan críticos de las mujeres...

He de decir que cuando introduces el deporte sea del tipo que sea en tu vida, tomas las riendas de quién quieres ser. Fortalece tu cuerpo, pero sobre todo los primeros beneficios se notan en el espíritu. Es tu espíritu de superación el que te convertirá en todo lo rápido y todo lo fuerte que quieras ser, es cuestión de que cambies tu forma de ver las cosas.

Cuando los de tu alrededor te ven tan jovial, más delgado, más guapo, más joven, pero sobre todo mucho más feliz, estás incrementando la posibilidad de que tu alrededor te siga. Te conviertes en un líder natural que los demás ven de forma clara aunque no te des ni cuenta:

Por mi misma decidí comenzar a hacer ejercicio y perdí esos 25 kilos que me sobraban: mi pareja y mi madre se pusieron también manos a la obra con la consecuente pérdida masiva de quilos de toda la familia. Ni qué decir que mi relación con ellos también mejoró. Nada más sano que vayas con tus amigos o tu pareja a correr o a hacer una rutina de trx, o de spinning... claramente es mejor que irse de cañas... y más barato.

El ejercicio tiene la facilidad de instaurarse en tu vida y en los de tu alrededor, y una vez que ésto ocurre es muy difícil que se marche.

Hoy, más que nunca por nuestra dura actualidad, nuestra difícil economía, por nuestra triste vida política, por nuestro desastroso panorama educativo y un largo etcétera, debes poner el deporte en tu vida.

No podemos evitar estar inmersos en problemas ni tampoco optar por introducirnos en una burbuja de cristal y aislarnos de nuestro exterior; pero sí podemos hacernos más fuertes por dentro y por fuera y ayudar a los demás a introducirse en este gratificante mundo para salir lo más indemnes posible.