El conjunto pucelano perdió todas las opciones de volver a la primera división tras caer por 3-1 ante el Elche en el Martínez Valero. Óscar adelantó a los blanquivioletas y dos tantos de Edu Albacar y uno de Ángel dieron el pase a la final a los locales que tendrán que vérselas con el Granada en un duelo a cara de perro.
Hay muchas formas de caer en el mundo del deporte en general y del fútbol en particular. Pues bien, al Real Valladolid le tocó sufrir la más cruel y despiadada de las derrotas.
Y es que todo parecía encarrilado cuando el conjunto de Abel Resino se puso por delante en el marcador en el minuto 23 con un bonito gol de Óscar, que ponía el 0-1 en el luminoso del Martínez Valero y el 0-2 en el global de la eliminatoria. Nadie acertaba a vislumbrar lo que al final iba suceder.
El conjunto pucelano entró en la trampa y el Elche secundado por el colegiado, Amoedo Chas, que permitió lo habido y de por haber al cuadro que comanda José Bordalás, se vino arriba. Desde el principio del choque se pudo apreciar como el rasero con el que se medía a uno y otro equipo no era el mismo. Los ilicitanos agobiaron desde el minuto uno con faltas a los jugadores pucelanos, en especial a un Sisi que terminó desquiciado, pero curiosamente la primera cartulina amarilla fue a parar al centrocampista pucelano Nafti, con una faltita dudosa.
Hasta tal punto influyó la actuación arbitral que el gol del empate local, el que dio verdaderamente vida a los verdiblancos nunca debió subir al marcador, y es que Amoedo se inventó una mano inexistente de Marc Valiente en la frontal, cuando el cuatro del pucela había golpeado el balón con la mismísima cara. El resultado, el tanto de Edu Albacar tras un fallo tremendo de Javi Jiménez.
A partir de ahí el Valladolid se descompuso y el Elche, con otro golazo de Edu Albacar al saque de otra falta desde la frontal puso el 2-1 y el miedo en el cuerpo de todos los vallisoletanos que seguían el choque. Con este resultado se llegaría al descanso.
Tras la reanudación el cuadro de la capital del Pisuerga se quiso hacer con el control del partido de nuevo, pero ya era demasiado tarde. El Elche propinó el tercer picotazo tras un error tremendo entre Jordi y Javi Jiménez que acabaría mandando al fondo de las mallas Ángel.
A partir de aquí, de todo menos fútbol. El Elche buscó su juego, el de sacar de quicio a su rival, y el de fingir lesiones una y otra vez, ante la mirada permisiva del colegiado, que no hizo nada para frenar el festival antideportivo del cuadro ilicitano.
El Valladolid, tocado anímicamente, apenas puso en aprietos en los últimos minutos del partido al meta local, Jaime, y vio como se esfumaba su última opción de ascender a la primera división del fútbol español.