Un estudio de la Mount Sinai School of Medicine demuestra que las células cardíacas del feto pueden llegar a reparar parte del tejido dañado del corazón de la madre tras un evento cardiovascular.
Las células fetales que provenían de la placenta se regeneraron en células musculares cardiacas y células del endotelio vascular (que recubren el interior de los vasos sanguíneos). A las dos semanas del infarto de la madre, se comprobó que estas células se habían reinsertado en el corazón materno y representaban el 2% del total de las células del órgano.
“Aunque ya hace unos años que se ha demostrado la existencia de un intercambio de células entre el feto y la madre (microquimerismo), este estudio es absolutamente ilusionante”, destaca la Dra. Milagros Pedreira, presidenta del Grupo de Trabajo de Enfermedades Cardiovasculares en la Mujer de la SEC. “Investigaciones de este tipo abren una nueva vía de estudio en el área de las células madre y de la regeneración cardiaca que podrían convertirse en una alternativa para nuestros pacientes”.
“Realmente resultaría fascinante que el feto fuera capaz de devolver células con potencial regenerador a la madre, que aporta todos los nutrientes y los medios óptimos y necesarios durante los nueve meses de embarazo para el desarrollo de un ser humano”, afirma la doctora.
Otro estudio, llevado a cabo por la Universidad de California y publicado por la American Society for Reproductive Medicine en su diario Fertility and Sterility, que, tras analizar a cerca de 1.300 mujeres, relaciona el número de embarazos con la disminución del riesgo y mortalidad cardiovascular en las postmenopáusicas.
Mayor exposición hormonal
Así, el estudio ha demostrado que las mujeres que habían tenido cuatro o más embarazos gozaban de un riesgo menor de padecer enfermedad cardiovascular que aquellas que no habían quedado encinta o que lo habían hecho en menos ocasiones.
Aunque los investigadores no conocen la explicación de este fenómeno, barajan diversas posibilidades. Una de ellas es el hecho de que existe una mayor exposición hormonal durante el embarazo, principalmente de estrógenos, lo que mejoraría la función endotelial o capa interna de las arterias; otra explicación podría deberse al mayor apoyo social proveniente de una familia numerosa.
“En cualquier caso, si bien hacen falta más estudios para conocer la relación exacta entre el número de embarazos y la salud cardiovascular, estos datos pueden suponer un estímulo para futuros trabajos e investigaciones en este terreno. A la larga, incluso podrían suponer un avance más en la diferenciación de medicina de género”, asevera la Dra. Pedreira.
Fuente: Jano.es