El embarazo y la glándula tiroides

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

Con la llegada del embarazo la glándula tiroide sufre grandes cambios, ya que, durante estos meses debe aumentar la producción de tiroxina en un cincuenta por ciento, por lo que se verá algo forzada a trabajar más durante el periodo de gestación.

De este modo, según los especialistas, la tiroides de la mujer embarazada tiene que aumentar su ritmo de producción, para que exista tiroxina suficiente para ella y su hijo, evitando así cualquier problema que se produzca en el funcionamiento de la glándula del pequeño.

Hasta el tercer mes de embarazo el bebé no está preparado para producir hormonas desde las tiroides

Y es que, no será hasta la tercera semana de la concepción del bebé, cuando se empiece a formar su glándula tiroides y hasta el tercer mes de embarazo cuando ya el feto tenga la suya propia, capacitada para almacenar yodo y producir hormonas.

Pero, mientras tanto, se nutrirá de las que le transmite su madre, a través de la placenta.

En definitiva, hay que decir que el embarazo supone una prueba de esfuerzo para la glándula tiroides, por ello será fundamental que la mujer esté bien nutrida de yodo durante este periodo, ya que tendrá que trabajar más de lo normal. De este modo, habrá de seguir una alimentación rica en este nutriente, por lo que, si la madre tiene dudas, deberá acudir a un especialista para que le indique qué alimentos comer para tener amplias reservas de yodo en su cuerpo.

Por otro lado, cabe destacar cómo influye en la tiroides la hormona por excelencia del embarazo, la gonadotropina coriónica. Y es que, durante el primer trimestre de gestación, se producirá una sobreestimulación de dicha glándula producida por la placenta, por lo que se registrará una elevación de la tiroxina y un estancamiento de la TSH (tirotropina). Hay que destacar que es normal y que es el conocido falso hipertiroidismo de estos primeros meses, aunque habrá que seguir un control para descartar que realmente lo sufra. Aun así, conforme avanza el embarazo, en el segundo y tercer trimestre disminuyen los niveles de gonadotropina coriónica y se estabiliza la situación. Pero será en este momento cuando la función del tiroides se vea afectada en mayor medida por las propias hormonas femeninas, destacando fundamentalmente los estrógenos.

Crecimiento de las glándula tiroides en el embarazo

También cabe destacar que, durante este periodo, puede que la tiroides de la madre crezca y por ello, habrá que controlarlo mediante ecografías. De este modo, normalmente en el caso de mujeres que no tienen falta de yodo en su organismo, puede producirse un aumento de su tamaño del 10%, mientras que, en el caso de las embarazadas que sí presentan deficiencia de yodo, la glándula puede llegar a aumentar del 20% al 40%.

Por todo lo indicado, será muy importante controlar los cambios que sufre dicha glándula durante este periodo, ya que su mal funcionamiento puede llegar a provocar abortos espontáneos, partos prematuros, hipertensión durante el embarazo, malformaciones congénitas, recién nacidos con bajo peso al nacer e incluso casos de muerte fetal. En definitiva, las consecuencias pueden afectar tanto a la embarazada, como al propio feto, por lo que será fundamental que se someta a los controles y pruebas específicas para los cambios que sufre esta glándula durante el embarazo.