Este texto que tiene más de ocho siglos guarda una sorprendente actualidad. Está claro que la necesidad de realizar un proyecto no tiene que ver forzosamente con el deseo oculto de renombre o de poder. Aquellos que están atentos a las necesidades de los demás sienten como un llamado a obrar para aliviar la miseria lo mejor posible.
Pero estas situaciones apremiantes también demandan una gran dependencia de Dios para examinar con cuidado a lo que uno se compromete. Nosotros, los cristianos, aprendamos a someter cada día nuestros proyectos al Señor por medio de la oración. Que nuestras acciones sean el fruto de nuestra intimidad y de nuestra comunión con el Señor.
Jesús le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Lucas 10:41.
Os rogamos, hermanos… que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios. 1 Tesalonicenses 4:10-11.
(El Versículo del Día)