Los estados y dirigentes del occidente imperialista se han "enfadado" mucho ante este nuevo acto de rapiña del estado de Israel, profiriendo frases condenatorias tan contundentes como las pronunciadas por Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la Unión Europea:
"hemos pedido a las partes que eviten medidas provocadoras", volviendo a poner a las víctimas al mismo nivel que a los verdugos; o esta otra, que los nuevos asentamientos "transmiten una señal errónea en un momento delicado".
Para la Ashton y la banda que representa robar un territorio a su pueblo, y matar si les es preciso, no es un crimen, es "dar una señal errónea". Como las "señales erróneas" que el estado sionista está dando desde 1948, ocupando, expulsando y asesinando.
Estas frases, que simbolizan la miseria moral y política del imperialismo europeo, norteamericano y occidental en general, coinciden en el tiempo con el discurso netamente sionista, sin disimular ya, de Trinidad Jiménez en la ONU, declarando Israel como estado judío, a los refugiados que se queden donde están porque si retornaran a su tierra podrían desequilibrar étnicamente el territorio. Esta pájara en un solo discurso se ha mostrado racista, imperialista y sionista sin fisuras. [Blog de Francisco Frutos]
En febrero, Estados Unidos vetó en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un proyecto de resolución promovido por países árabes contra la política de colonización israelí en los territorios palestinos ocupados.La delegación estadounidense fue la única de los 15 países del máximo órgano de seguridad internacional con poder de veto en votar en contra de la medida auspiciada por más de 100 países.
Tras la votación, la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice afirmó que la decisión unilateral de su país se debió a que “no nos parece sensato que el Consejo trate de resolver los asuntos cruciales que dividen a israelíes y palestinos”.