El enigma de Carmen Bastián... No lo es tanto

Publicado el 17 enero 2015 por Bea Mendes

Cuando leo la sinopsis de un libro y me gusta, es por algún elemento en la misma que me ha llamado la atención, y por ende, espero encontrarlo en el interior del libro. Cual es mi sorpresa cuando este elemento, que pensaba, sería el principal a la hora de desarrollar la historia, resulta ser algo secundario.
Esto provocó mi desencanto con esta novela, que aunque no puedo decir que sea mala -porque no lo es-, tampoco puedo decir que fuera lo que me esperaba.

Una parte de la sinopsis reza: "[...] descubre un cuadro de Mariano Fortuny i Marsal, el retrato de Carmen Bastián, una gitana que acabó suicidándose, y días después, recibe un sobre [...]", bueno, pues siendo la protagonista de este cuadro la persona que da el título al libro, y siendo esta la misma que aparece retratada en la contraportada, pues pensé que el libro trataría del cuadro, y de la relación que tiene este con un accidente que sufrió la amiga del protagonista. Pero no o, al menos, no exactamente.
Pensando todo esto, me adentré en la historia. Me encontré con protagonista melancólico, que, después de tanto tiempo, y por culpa o gracias a de un accidente que sufre una amiga suya (mortal), se reencuentra con antiguos amigos y con su ex pareja, a la que no había olvidado y con la que terminó por "cosas de la vida". El libro gira entorno a la relación de Daniel con sus amigos y su ex pareja, luego, ya si eso, el autor echa mano del misterioso cuadro y su relación con el accidente.

La parte del misterio fue decepcionante, y muy pillado con pinzas. La otra, la de las relaciones personal, fue bastante mejor. Si me hubiera esperado una novela que tratara sobre relaciones de pareja fracasadas, o sobre la amistad y como esta no entiende de tiempo, quizás me hubiera gustado bastante más.

203 páginas// Ediciones Dauro// Pablo Casanova// Sinopsis