El enigma de una foto: era Camariñas

Publicado el 12 mayo 2011 por Jcorte
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Las primeras palabras que Allison Atkinson buscó en Google cuando tuvo acceso por primera vez a un ordenador con Internet, gracias a su hijo mayor, fueron HMS Serpent. De unos 60 años y conductora de un autobús escolar, Allison llevaba décadas preguntándose dónde se encontraría el cementerio que aparecía en una vieja foto que su madre guardaba en un armario.

«Miraba esa fotografía desde niña. Me preguntaba dónde estaría aquel lugar rocoso, ventoso y gris, y quién estaría enterrado allí. Mi madre no lo sabía. Fue mi tía Margaret la que un día, hace solo dos años, me habló del tío Stanley. Era marinero y la familia contaba que había muerto en un naufragio. Fue entonces cuando descubrí la historia de la vieja fotografía». Stanley C. Halford, tío de su madre, trabajaba como fogonero en el buque británico HMS Serpent cuando este naufragó el 10 de noviembre de 1890 en la costa de Camariñas, entre la playa de Trece y el cabo Vilán, en el corazón de la Costa da Morte. Su cuerpo fue enterrado junto con los de otros 172 marineros y oficiales en el hoy conocido y tan visitado Cemiterio dos Ingleses. Solo tres hombres consiguieron salvar sus vidas en aquel accidente. Para Allison Atkinson, acostumbrada a escuchar historias de naufragios en su tierra natal, el descubrimiento de la tragedia del Serpent fue una gran sorpresa. «Desde que conocí la historia del Serpent y lo que había ocurrido siempre quise venir a visitar el cementerio. Pude verlo en Internet y me dije: ?Tengo que ir, me gustaría poner unas flores en la tumba de Stanley y de todos esos jóvenes marineros que murieron. Tengo que visitar ese lugar que conozco desde niña en homenaje a mi madre y a mi abuelo?».

Allison viajó en ferri desde Plymouth a Santander y después en autobús hasta Camariñas. Nada más llegar, lo primero que hizo fue preguntar en el Ayuntamiento cómo podía ir hasta el cementerio y, tras comprar unas flores, pagó a un taxista para que la llevase. Sobre la losa que recuerda a las víctimas del naufragio, Allison colocó unas flores, una fotocopia de la vieja foto del cementerio que, cree, su familia recibió tras la tragedia, y una fotografía de Stanley plastificada, para protegerla de la lluvia. «Ese lugar es muy especial y está cargado de emoción. Me pregunto si hay otros descendientes de los marineros del Serpent que lo hayan visitado. Nosotros tuvimos mucha suerte porque mi familia siempre guardó la vieja fotografía del cementerio. Puede que otras familias no hayan tenido esa suerte y no sepan, y probablemente nunca sabrán, nada de esta historia».

Las huellas que dejó el naufragio del HMS Serpent en la historia de Camariñas y en la de los pueblos de la zona fue otra de las grandes sorpresas que Allison asegura haberse llevado en este viaje que, dice, nunca olvidará. «La persona que nos atendió en el Ayuntamiento, una joven que hablaba muy bien inglés, nos acompañó al hotel donde íbamos a quedarnos. En el camino le conté mi historia y le enseñé la foto de Stanley. Ella, de manera espontánea, la besó. Creo que es fantástico. Esa misma persona me contó que una canción popular de la zona recuerda a los náufragos del Serpent. También he ido a ver el barómetro que las autoridades británicas regalaron al pueblo de Camariñas por haber ayudado tras el naufragio. En Camariñas, todo el mundo habla de lo ocurrido, pero en mi país nunca había oído nada».

Sonriente, con la satisfacción de haber visitado después de tantos años el cementerio donde se encuentra su antepasado, Allison Atkinson asegura que quiere volver un día a Camariñas con su familia y, si puede ser, en el mes de noviembre, para participar en la ceremonia con la que cada año se recuerda el naufragio y se rinde homenaje a las víctimas.

«Tengo ganas de llegar a casa y poder contarle a mi tía todo lo que he visto y lo que sé ahora sobre la historia de Stanley. Eso sí, antes de irme me gustaría dar las gracias a la gente de Camariñas por preservar la memoria de los marineros del Serpent».