Como que se acerca el fin de la legislatura, da toda la impresión que el pasado viernes 31 Rajoy quiso hacer algo así como un festival representativo de todo el esperpento que ha ido soltando en sus discursos a lo largo del mandato.
No voy a extenderme, como lo he hecho muchas veces, sobre las razones de mi nefasta opinión sobre el hecho que se ponga medallas un gobernante cuyo país todavía padece una tasa de paro que está cerca del doble de la que debería ser, cuando la gran mayoría de países de su entorno ya han recuperado las cifras normales, pero voy a comentar algunas de las burradas y grandes falsedades que soltó.
1.- Rajoy dixit, “El 56% de las personas que han abandonado el desempleo en toda Europa, son españolas. Así lo recogen los datos de la oficina económica de la Comisión Europea”. He buscado en la web del Eurostat, que es donde se publican clasificados todos los datos estadísticos de la U.E., y no he encontrado cifra alguna que se acercase ni a una ínfima fracción del dato que da Rajoy sin indicación del período al que se refiere, pero da igual porque en ni un solo período se cumple su nueva falsedad ni de muy lejos. No lo he buscado en la oficina económica de la Comisión Europea porque ni yo ni nadie sabe dónde está y que es. Otra mentira descomunal, y van…
2.- Rajoy dixit, “De 2014 a 2015, se van a crear un millón de empleos en nuestro país”. Ni cocido de vino. En trabajo fijo y estable ni la mitad.
3.- Rajoy dixit para convencernos de que solo votándole a él nos salvaremos: “Hace seis meses Grecia crecía, generaba empleo e iba a pagar su deuda”. Inmensa falsedad. Hace seis meses como mucho se podía decir que Grecia había frenado su ritmo de caída, no generaba empleo y su deuda se mantenía estable pero no disponía de fondos para hacer frente a los vencimientos inmediatos. Aparte afirmar que con cualquiera de los demás partidos nos ocurrirá como a Grecia, cosa que, a menos que se produzca la posible crisis de deuda pública, no nos va a ocurrir ni siquiera si él continua de Presidente, tacha de ocurrencias todo lo que dicen y hacen sus contrincantes y afirma que España solo es un país serio si lo gobierna el PP. Como chiste contradictorio no está mal.
4.- Rajoy dixit, “El déficit público hay que cumplirlo. Controlarlo es capital para que se genere empleo en España”. Al revés lo dice para que se entienda. La principal razón del cataclismo del paro en España está en las medidas estúpidas de Merkel-U.E.-FMI, que pusieron un tremendo corsé a los presupuestos en el peor momento del ciclo económico mediante la imbecilidad del excesivo control del déficit público, y su mantenimiento contra viento y marea y contra la evidencia de su estrepitoso fracaso nos ha hecho salir de la crisis más tarde que el resto del mundo y la recuperación del empleo se ha iniciado tarde y es desesperantemente lenta, medidas estúpidas que Rajoy ha obedecido como un corderito (excepto en lo que se refiere a la Administración Pública, por supuesto) y ni se le ha pasado por la imaginación defender de ellas a la ciudadanía como han hecho otros gobiernos de la U.E., que mal le sepa a Rajoy se han recuperado mejor y antes que nosotros. Aparte, ¿como se atreve a sermonear sobre el déficit público quien ha traspasado no la mayor parte, sino todo el problema del déficit público a las CCAA, imponiéndoles unas condiciones que le parecerían una solemne barbaridad a la mismísima Merkel?.
5.- Rajoy, después de pasarse la legislatura incumpliendo su programa electoral y pegando palos mayúsculos a la ciudadanía, que han mandado a la miseria a muchísimos españoles, solo unos meses antes de las elecciones generales aumenta por vez primera el sueldo a los funcionarios, aumenta en 7.000 millones la financiación de las CCAA, y prepara unos presupuestos en que, según él pero discutido por todos los demás, el gasto en temas sociales es del 53%. Los que votándole le dan la razón a Rajoy cuando en este caso nos toma una vez más y claramente por idiotas, deberían saber que los presupuestos, en cuanto a su distribución por renglones, se cumplen o no sin problemas, variándolos sobre la marcha si hace falta, y encima esto lo dice quien se hizo sus necesidades fisiológicas a fondo sobre todas y cada una de sus promesas electorales.
También le tocó el turno a Catalunya, que no sé porque la menciona dado que es un asunto en que con decir NO continuamente está al cabo de la calle. Solo me referiré a una de las barbaridades que soltó para a continuación comentar un enigma que hace tiempo que me tiene intrigado.
La barbaridad es que tanto Rajoy como la vicepresidenta Sáez de Santamaría afirman frecuentemente que con su obsesión por el soberanismo Mas no se preocupa de la desastrosa situación de la ciudadanía catalana. Aparte que los niveles de pobreza en Catalunya no son precisamente de los peores que desgraciadamente se dan en toda España y que el gobierno no solo es responsable del problema sino que en Catalunya la tendencia debería ser a empeorar por la intencionada asfixia financiera que nos imponen, no es muy inteligente decir tan inmensa chorrada cuando Catalunya lidera las exportaciones y el turismo tanto en valor absoluto como en tasa de crecimiento, y según el último EPA que tan contento puso a Rajoy, prácticamente la única CCAA que aparte empleo estacional e inestable del sector turismo creó cantidades muy apreciables de empleo estable en industria, mira por donde, fue nada menos que la CCAA de Artur Mas.
El enigma es un poco complicado. A pesar de que el PP es el principal responsable del problema, como lo prueba la simple estadística de los cuatro soberanistas mal contados que había en Catalunya antes de que Aznar ganase las elecciones del 2000 por mayoría absoluta, Rajoy y su gobierno han estado siguiendo una línea de total confrontación desde incluso antes que se iniciase el problema de Catalunya, negándose al más mínimo gesto que indicase alguna posibilidad de dialogo. Solo con que Rajoy hubiese mostrado cierta disposición al dialogo en su reunión con Mas en La Moncloa del 20 septiembre 2012 la historia desde entonces hubiese resultado bien distinta. En vez de eso, al contrario de Mas que dio una opinión sin insultos ni acusaciones inmediatamente después de la reunión, Rajoy tardó más de un mes en pronunciarse y entonces acusó a Mas de haberle hecho chantaje, en una de las acciones premeditadas más vil, rastrera y traidora que he visto en política en los muchos años en que llevo leyendo periódicos.
Aunque casi toda la prensa culpa a ambos de la falta de dialogo, Mas ha manifestado repetidamente su disposición al mismo, mientras que tanto Rajoy como los miembros de su gobierno en las pocas ocasiones que han hablado de diálogo lo han condicionado a la rendición incondicional previa, que es lo mismo que negarse a dialogar. Evidentemente con el tiempo transcurrido y los múltiples desplantes creo que el tiempo del diálogo ya está superado, y si hoy Rajoy cambiase diametralmente de actitud es probable que el que se negase a dialogar sin condiciones fuese Mas.
Explico todo esto porque, a pesar que los comentaristas más prestigiosos, inteligentes y moderados han afirmado con absoluta razón y montones de veces que el problema solo se soluciona dialogando, estoy convencido que Rajoy se ha negado rotundamente a dar la más mínima imagen de disposición al pacto porque sabe que dar caña a Catalunya da votos y favorecerla los quita, y está seguro que el pacto más minimalista al que hubiese llegado con Mas le habría quitado una muy sustancial cantidad de votos, y que no solo eso, el mero hecho de sentarse a negociar con Mas con talante positivo, sin darle con la puerta en las narices, le habría costado muchos votos incluso antes de llegar a acuerdo alguno.
Ya se acerca la pregunta final del enigma. En las elecciones municipales y autonómicas del 25 de Mayo, todo y con ser todavía el partido más votado, el voto al PP sufrió una considerable caída, de la que las últimas encuestas del CIS dicen que se recupera con fuerza. Ambos datos, PP lista más votada pero perdiendo votos y recuperación rápida son el centro del enigma. Para que el PP tenga casi garantizada la supremacía en votos tiene que haber algo que convenza por si solo a la ciudadanía a votarles. Puede ser que una inmensa mayoría se crea sus mentiras, pero aunque el número de idiotas del país es elevado no lo creo suficiente como para tener ese efecto. La situación económica, por más mentiras que invente Rajoy, no anima a votar al PP, porque el empresariado está medianamente satisfecho, pero los trabajadores, con empleo o sin él, están que trinan, y son millones más que los empresarios. La corrupción, contra la que el PP hace ver que lucha, no solo es una buena razón para no volver a votar al PP en la vida, sino que en un país normal la supervivencia del partido estaría amenazada, no solo por la inmensa cantidad de casos graves de corrupción sino además por las manipulaciones de la Justicia que han llevado a cabo con toda desvergüenza para librarse de responsabilidades y condenas a nivel individual y de partido.
Por lo tanto solo queda una razón para que el PP se mantenga como el más votado y subiendo, que no es otra que el trato que ha dado y está dando a Catalunya, y la prueba la tendremos si cumplen sus amenazas de articulo 155 y demás que están propagando desde el 25-M y veremos cómo se encumbra todavía más la intención de voto al PP.
Este hecho es una prueba irrefutable que los catalanofobos en España son muchos si no es que son mayoría, y si esto es así, aquí está la pregunta del enigma: ¿A que caray esperan para darle la independencia a Catalunya y librarse de sus españoles más odiados?.