Un ensayo nuclear subterráneo realizado por Norcorea habría provocado un fuerte temblor de 5.1 grados Richter a las 11h57 locales (2h57 GMT) de este martes 12 de febrero. El epicentro de 1 km de profundidad se ubicó a 34 km oeste-noroeste de Hau-ri y a 42 km norte-noroeste de Kilju, conforme los datos del Servicio Geológico de EEUU (USGS, por sus siglas en inglés).
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Región donde se reportó el seísmo, marcada con la flecha verde.
Ese ya es el tercer ensayo nuclear hecho por la nación asiática y fue criticado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU, porque el país ha violado al menos tres resoluciones: 1718 (de 2006), 1874 (de 2009) y 2087 (de 2013), después que Corea del Sur convocó una reunión de emergencia.
El hecho también ha sido condenado por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien afirmó que eso podría tener un “impacto negativo” para la estabilidad regional [en referencia a la vecina surcoreana].
Para el canciller británico, William Hague, los ejercicios “balísticos” de Pyongyang representarían una grave amenaza a la seguridad internacional.
Ya el gobierno brasileño instó a la nación comunista que retomara las negociaciones de paz y seguridad en la Península Coreana y que cumpla las determinaciones del Consejo de Seguridad.
El gobierno español también criticó los ejercicios militares y ha afirmado que Corea del Norte estaría “desafiando los esfuerzos internacionales en la lucha contra la no proliferación así como la paz y la estabilidad regionales”, y ha recomendado que el país obedezca el Tratado de No Proliferación ante la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) y que firmara el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares.
Seúl ha informado que pretende elevar el nivel de seguridad militar en el país ante una posible amenaza norcoreana.