Debido a la transformación que nuestra sociedad ha sufrido, la juventud tiene un mayor abanico de oferta y mayor libertad horaria. Por ello, es cada vez más complicado llevar una vida saludable para la práctica deportiva. Es aquí donde comienza a tomar protagonismo el entrenamiento invisible, que además cuando se les recuerda a ellos, no les dan importancia.
Entre los factores que influyen en el rendimiento deportivo podemos citar:
1º.- Apostar por una alimentación equilibrada y saludable para poder ser un buen deportista. Cuidado con los excesos en las comidas. Ser responsable en este sentido y evitar los pajaritos rellenos.
2º.- El tiempo de descanso. Dormir las horas suficientes y necesarias, entre 8-10 horas. Guardar un orden en el descanso: dormir de noche y vivir de día. Ir a la cama a la hora adecuada (11-12 h). El sueño es el reloj biológico del deportista y es el rey del descanso muscular.
3º.- Evitar las substancias tóxicas: No fumar y evitar las bebidas alcohólicas, o consumo muy moderado en edad adulta.
4º.- La vida de relación y alterne de forma desorganizada va en detrimento del rendimiento deportivo.
5º.- La higiene y el cuidado corporal: Cuidar las uñas, la higiene bucal, utilizar medio de transportes inadecuados (motos, etc.).
6º.- Evitar consumir sustancias estupefacientes, por inofensivas o beneficiosa que sean.
7º.- Excelente comportamiento fuera del campo, evitar situaciones conflictivas y violentas que perjudiquen el ámbito deportivo.
8º.- Mantener una vida equilibrada a nivel familiar, amigos, deporte, etc.
9º.- Insistir siempre en el afán de superación personal, como fuente de calidad de vida.
10º.- La clave está en ser deportista las 24 horas del día.
Los padres y las madres juegan un rol muy importante y tiene más influencia en estos factores que los propios entrenadores, y es aquí, dónde deberían concienciarse para ayuda a sus hijos, si quieren que sean buenos deportistas, y lo que es más importante, personas sanas con calidad de vida. ALFONSO VILACHÁ: "DEPORTE Y REALIDAD"