El juego mostrado por la selección Colombia, por momentos de altísimo nivel, es el mejor que ha visto en toda la historia de su fútbol, demostrando que hay dos maneras de jugar a este juego: Bien o mal; y que la identidad en lo que al juego se refiere, es una patraña inventada por quienes no cachan un fulbo. Ya me extenderé al respecto cuando el tiempo me lo permitiese, tengo una cosa o dos para decir.
Sólo resta saber cuánto más demorará Pekerman en encontrar reemplazo para Ospina y para Armero. De momento, se viene el amistoso frente al seleccionado de Camerún y la continuidad de las eliminatorias el año que viene. Nomás esperen.