La abadía de Montecassino, situada a unos 130 kilómetros de Roma, pertenece a la orden Benedictina desde el año 529 y sufrió uno de los bombardeos más inútiles de la Segunda Guerra Mundial.
La zona estaba defendida por la 15ª División Panzergranadier y por fuerzas paracaidistas de la Luftwaffe (Fallschirmjäger).
La idea era que fuerzas del V Ejército estadounidense pasara por los pasos de montaña atravesando por el valle del Liri y tomar la carretera nº 6 hasta roma. Pero las cosas se complicaron por un error estratégico.
Tras el fracaso del desembarco en Anzio, era imperativo buscar el modo de romper la Línea Gustav. Dominando la carretera N.º 6 se encontraba la abadía benedictina de Montecassino. Durante tres meses los aliados atacaron sin éxito. En su intento por conquistarla lucharon la 34ª División estadounidense, seguida de la 2ª División neozelandesa y la 4ª india.
El bombardeo destruyó gran parte de la abadía y mató a varios civiles que se habían refugiado en ella. No hubo bajas entre los alemanes, porque estos no se encontraban en ella.
El oficial al mando de la 1ª División Fallschirmjäger alemana no permitió que sus fuerzas utilizaran la abadía como recinto defensivo, pues este era muy religioso y miembro lego de la Orden de San Benito. Pero una vez esta fue bombardeada sí autorizó su uso y estableció importantes defensas entre la abadía y el pueblo.
Un mes después, las divisiones neozelandesa e india volvieron a realizar un asalto sin éxito. Las ruinas eran una excelente defensa para los paracaidistas alemanes. Ante la imposibilidad de tomar Montecassino, el mariscal Alexander ordenó detener los ataques para realizar un nuevo plan, al que llamó Diadema.
Los polacos fueron rechazados mientras el pueblo fue capturado, pero al oeste tropas francesas lograron cruzar los montes Aurunci que creían intransitables con lo que dominaban el valle del Liri. De este modo quedó abierta la Línea Gustav, con lo que el general Kesselring ordenó la retirada.
Finalmente, la batalla de Montecassino solo sirvió para que se perdieran muchos hombres y un tiempo precioso para llegar a Roma y de ahí invadir el sur de Francia. Muchos se han preguntado si fue realmente necesaria la campaña de Italia.
Para saber más:Días de Infamia: Grandes errores militares del siglo XX, de Michael Coffey
La Batalla de Montecassino - La última gran resistencia del ejército alemán en Italia, de David Odalric
Historia Sin Pretensiones
Eurasia 1945
La Segunda Guerra MundialWikipedia