Algo que me llama ultimamente muchísimo la atención son los Concursos Infantiles de Belleza, en los que se ha reabierto recientemente la polémica por la supuesta explotación a estas pequeñas competidoras. Son muy típicos al sur de los Estados Unidos, siendo uno de sus atractivos a la hora de atraer público.Normalmente son las madres quienes incitan a sus hijas a presentarse a este tipo de concursos, aspirando a que las niñas se conviertan en pequeñas celebrities. Gastan cantidades ingentes de dinero para la puesta a punto de las niñas: tratamientos de belleza capilar, mascarillas, vestuario…
Se han dado casos en los que las madres han sido denunciadas por las atrocidades que les han hecho a sus hijas para convertirlas en "jóvenes adultas".
Un caso curioso fue la de una madre llamada Kerry Campbell, peluquera de profesión, que (sin licencia alguna) inyectaba botox en la cara a su hija de 8 años.Otro famoso caso fue el de la madre Jayne Bennington que gastaba 400 dólares al mes en tratamientos de belleza para que su hija Sasha pudiese presentarse a estos concursos con la intención de ganarlos.
El caso de mayor polémica fue el asesinato de la niña JonBenet Ramsey (foto derecha y abajo). Desapareció de su casa el 24 de Diciembre de 1996 a los 6 años y apareció muerta ese mismo día en las bodegas de su familia. Su padre encontró el cadáver y lo llevó al primer piso de su mansión, lo que hizo suscitar dudas acerca del secuestro por manipulación de pruebas. Nunca se esclareció quien fue el autor del asesinato pero aún a día de hoy se sigue sospechando del entorno familiar.
JonBenet llegó a ser una auténtica reina de la belleza con tan solo seis años. Su madre, ex reina de la Belleza, procuró que desde bien pequeña siguiera sus pasos. Lástima que su carrera, al igual que su salto a la madurez, se terminase de manera precoz. El debate está servido y tiene diferentes vertientes. Muchos veneran este tipo de concursos ya que la expectación atrae a una gran cantidad de seguidores, por lo tanto se crean puestos de trabajo y se obtienen muchos beneficios económicos. Por otro lado, los defensores de los derechos del menor hablan de explotación infantil.Una vez abierto este debate; ¿Qué opináis?