«El escritor» de Polanski

Por Protestantes @periodistadigit

JOSÉ DE SEGOVIA

Lleva en cartelera desde abril la última película de Polanski, El escritor. Su título hace referencia a lo que en inglés llaman un escritor fantasma, que en España se conoce con un término bastante racista, negro. Es alguien que busca la editorial o escoge un famoso para hacer un libro. Tiene que redactar sus notas, o escribirlo entero a partir de unas entrevistas, pero su nombre no aparece en ningún sitio.

Aunque suena algo oscuro, es una práctica bastante habitual, incluso dentro del mundo evangélico. Son personas que rara vez se conocen, si no es por algún escándalo –como el caso del profesor de comunicación del Seminario de Fuller, Mel White, que dio a conocer su homosexualidad en 1995, casándose con otro hombre, después de haber escrito libros para predicadores norteamericanos tan importantes como Billy Graham, Pat Robertson o Jerry Falwell–.

El escritor de Polanski es el actor escocés Ewan McGregor, cuyo nombre no se revela en ningún momento de la película. Ese anonimato da al protagonista una falta de identidad, por la que aunque su trabajo sea algo visible, no se le puede identificar con una obra, que el lector no reconoce como suya. Su contrato para escribir las memorias del reciente primer ministro británico –Adam Lang, interpretado por Pierce Brosnan–, lo ha heredado de su predecesor, que ha muerto de forma aparentemente accidental en un ferry que lleva a la isla norteamericana, donde ha establecido su residencia el político retirado.

Puede leer aquí el artículo completo de este periodista, escritor y teólogo protestante, titulado «El escritor» de Polanski