El escritor. Thriller político narrado con una precisión y un equilibrio de relojero suizo. No sólo porque la música y la fotografía recuerden al Hitchock de Con la muerte en los talones o Los pajarracos, sino porque los diálogos, las interpretaciones y la dirección son un elegante baile de suspense con las dosis justas de humor, de intriga y de acción. Alejada de los tópicos y de los números malabares a los que estamos acostumbrados, Polanski opta por la flema inglesa para presentarnos la historia de este negro, interpretado por un Ewan McGregor tan solvente y magnético como siempre. Aunque quizás lo más sorprendente sea ver a Pierce Brosnan disfrazado de Tony Blair, demostrando que su talento está muy por encima de su filmografía. Bastaría una sola secuencia de El escritor para ahorrarnos las interminables horas de thrillers insulsos a los que nos tienen acostumbrados los productores americanos cuyas mentes calculadoras se preguntan qué porcentaje de tiros y persecuciones hay que poner para que sea solvente en la taquilla. Afortunadamente todavía hay directores como Polanski que les importa más bien poco.
Pitu