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Un joven madrileño graduado en Ingeniería, Guillermo Martínez, ha diseñado brazos protésicos gracias a una impresora 3D y ha viajado a Kenia, a través de la ONG Bamba Proyect, para entregarlas de manera personal a personas necesitadas. «No me caben las palabras para contar una experiencia de este nivel. Ha sido precioso e impresionante», ha expresado.Martínez, que ha estado en el país africano desde el 21 de julio hasta el 14 de agosto, relata que todo comenzó cuando se compró una impresora 3D para «cacharrear» a principios del año, cuando ya tenía planeado pasar unas semanas de verano de voluntariado en un orfanato en Kenia. «De repente vi que había empresas que utilizaban esta tecnología para hacer manos protésicas, pero no existía ningún modelo para gente que no tuviera codo», explica.«Como no había manos protésicas descargables de Internet ya hechas para gente a la que le faltaba el codo, pensé: me quedan tres meses para mi viaje, a lo mejor puedo diseñar algo. Entonces me puse a diseñar una prótesis nueva de brazo entero», señala.En ese momento, decidió unir ambos proyectos. «Contacté con el orfanato en el que iba a estar ayudando en verano y les dije que yo iba a ir en julio, les conté mi proyecto, y les interesó. Se pusieron en contacto con gente del pueblo y con el hospital», explica.En este contexto, precisa que desde Kenia le mandaban fotos de personas que por diferentes causas, como problemas de nacimiento, ataques de epilepsia con los que se queman el brazo o amputaciones «de mala manera», entre otras, no tenían o no podían mover el codo.Según matiza, el mecanismo funciona introduciendo el brazo por la parte de arriba manteniéndolo estable mediante un arnés en el pecho. De esta manera, se coloca en el cuerpo y en el momento en el que levanta el brazo hacia arriba, la mano cierra y hace un movimiento prensil, cerrándose y permitiendo coger objetos sin problema.El joven expresa que mientras avanzaba en su proyecto no era consciente de la repercusión del mismo. «No me había dado cuenta de lo que estaba haciendo. En el momento en el que les di las prótesis me quede en shok. Ahora estas personas van a poder tener una vida totalmente diferente a la que habían tenido», señala.«Vino un profesor y me invito a comer y me decía: nadie me ha dado ayudas para recibir una prótesis de ningún modo, y vienes tú y me la das gratis totalmente» añade para señalar que «todo el mundo ha sido muy agradecido» puesto que han recibido una ayuda que «no esperaban en absoluto».«También es mucha presión. Tienes que asegurarte de que funcione y de haberte guiado bien solo mediante fotos», añade tras relatar que en una de las ocasiones hubo «un poco de tensión» puesto que en un primer momento la prótesis no estaba dando resultado. «Al final he conseguido arreglarlo y ha salido bien», confirma.Martínez ha asegurado que «esto va a seguir» puesto que se trata de un proyecto en el que va a continuar colaborando de manera personal. «Voy a seguir colaborando con la ONG para ir mandando desde España más prótesis a personas que lo necesiten de manera personal», concluye.