Revista Opinión

El espectáculo sanguinario de la dictadura venezolana está aplastando a Podemos y a las izquierdas marxistas de todo el mundo

Publicado el 15 febrero 2019 por Franky
El partido Unidos Podemos está abierto en canal y se desangra por culpa del brutal comportamiento de la dictadura venezolana, a la que admira. Los partidos que apoyan la dictadura de Maduro, en especial el español Unidos Podemos, están siendo aplastados por Maduro y sus secuaces. Pero el fenómeno, por culpa del inepto e irresponsable Zapatero, defensor del régimen de Maduro, también está destrozando en España al PSOE y en el mundo a todas las izquierdas marxistas. --- El espectáculo sanguinario de la dictadura venezolana está aplastando a Podemos y a las izquierdas marxistas de todo el mundo El mundo está aprendiendo, gracias a la retransmisión en directo de las miserias y crueldades asesinas del régimen venezolano de Nicolás Maduro, lo que le espera a los países que caigan en manos del moderno comunismo travestido: miseria, hambre, pobreza, enfermedad, esclavitud y muerte. Gracias a Nicolás Maduro, el mundo está abriendo los ojos, escapa del engaño y comprende con claridad lo que es la tiranía comunista.

El conmovedor "espectáculo" venezolano se está llevando por delante todo ese proyecto, fraguado en Cuba, llamado "Socialismo del siglo XXI", una estrategia que propugna la conquista del poder a través de la democracia, pero que después se atrinchera y nunca abandona el control del país, resistiendo contra viento y marea y asesinando a su propio pueblo, si fuera necesario.

Esa nueva vía comunista para conquistar el poder marchaba viento en popa y a toda vela, conquistando países como Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y hasta México, pero la racha victoriosa ha quedado truncada porque algunos han podido rectificar a tiempo y, sobre todo, porque a Venezuela se le están viendo sus miserias, que son muchas y graves, cuidadosamente ocultadas por el régimen.

La caída de los camuflajes del neocomunismo, muchas veces disfrazado de socialismo, populismo, progresismo y feminismo radical y aparentemente respetuoso de la voluntad del pueblo y de la democracia, ha provocado una ola de rechazo que dará al traste con el invento y relegará esa tiranía camaleonica, por desenmascarada por la impactante verdad venezolana.

Venezuela es la pieza clave del puzle porque sus petrodólares financiaban el proyecto total. Por eso Cuba aprieta sus garras sobre Venezuela, después de haber infiltrado, adoctrinado y sometido a las fuerzas armadas, con sus miles de agentes y expertos en seguridad exportados desde la Habana.

Por todas esas razones, aunque el levantamiento rebelde de Juan Guaidó no prospere, la rebelión habrá merecido la pena porque ha enseñado al mundo que el comunismo camuflado, al igual que el de Lenin, Stalin y Mao, conduce directamente a la miseria, la hambruna, la degradación humana, la esclavitud y la muerte.

Pero las sociedades occidentales que se autoproclaman democráticas y libres tienen el deber de combatir al totalitarismo que causa sangre y estragos en Venezuela, sin descanso, hasta derribarlo, no sólo porque constituye una barbarie contraria a la civilización y al bien, sino porque es un poder minoritario, repudiado por sus ciudadanos, que sólo se mantiene, como en el resto de los países comunistas, gracias al poder de los fusiles y la tortura.

La indiferencia y pasividad de muchos países, partidos políticos y ciudadanos ante el calvario venezolano degrada no sólo la democracia, sino a la raza humana y aquellos que justifican su pasividad con el argumento de que los países nunca deben ser invadidos y atacados desde el exterior, solo utilizan el argumento para defender la ignominia y el delito salvaje de los que, sin la oposición del resto del mundo y el miedo a ser invadidos, no dudarían ni un instante en masacrar a todo su pueblo, antes de abandonar la presa.

Los que niegan toda intervención exterior en Venezuela olvidan que la Europa actual existe sólo porque fue intervenida, desde el exterior, por los aliados, en la II Guerra Mundial, que la liberaron del nazismo asesino. Que le pregunten a los venezolanos que se esconden en sus casas, hambrientos y aterrorizados ante los asesinos callejeros de Maduro, si quieren o no quieren ser "liberados" desde el exterior.

Francisco Rubiales



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