El espejo de Nostradamus José Luis Raya Pérez ISBN: 978-84-15546-23-8Formato: Rústica – 224 PágsEditorial: QVE
Argumento
Pepe es un ruin y trastornado padre de familia que, desde que se casó, hace más de veinte años, intenta explicarle a su esposa Carmen que quiere separarse porque nunca la ha amado. A diario ensaya ante el espejo del cuarto de baño la manera de contárselo. Ella localiza un valioso y enigmático libro que roba de una biblioteca, El espejo de Nostradamus. Este preciado ejemplar les cambiará la vida ya que se obsesionan por descubrir el futuro que les aguarda y el que les depara a sus hijos, Jessica y Jonathan.
Estructura, ambientación y estilo narrativo
La novela está estructurada en 26 capítulos, numerados y con título propio que describe lo que va a suceder en cada uno de ellos. La extensión es escasa, de apenas 10-15 páginas por cada uno, a excepción de uno de los capítulos finales que roza las 30.
La ambientación sitúa la historia en la localidad andaluza de Motril, en una franja temporal que abarca los 90 y principios de los 2000. la descripción no es muy exhaustiva, haciendo especial hincapié en la estructura social y emocional de la familia, y no en los lugares concretos, siendo casi todos interiores.
Escrito en tercera persona, siguiendo principalmente al personaje de Pepe, aunque con algunas escenas desde el punto de vista de Carmen. Hace referencia no sólo a sus actos, sino también a sus pensamientos más profundos. El estilo es tranquilo, para leer pausadamente.
Personajes
Pepe es lo que se consideraba joven de provecho en el pueblo: más o menos con dinero, algo más estudiado que la media... Con obsesión por las ofertas y el ahorrar, que no sabemos si le viene de antes o de después de su matrimonio. Vive tan absorto en su propio sufrimiento, que no se da cuenta de la cantidad de miserias que está introduciendo en su vida
Carmen, asturiana de nacimiento, se caso con Pepe haciéndole pensar que estaba embarazada. Se la pinta como una mujer burda y bastante vulgar, sin cultura ni saber estar. Amante de sus hijos, pero bruta por naturaleza, produce un efecto de contraste en el lector
Mi opinión
Creo que lo primero que debo decir, es lo engañoso que resulta el titulo. En un principio es un gancho para los amigos de las profecías y catástrofes. Sin embargo, poco tiene que ver, lo esa pequeña parte es en un sentido que no te puedes imaginar.
En realidad esta novela narra la triste vida de un hombre que se ha casado sin amor y ha ido viendo como su vida se desmoronaba poco a poco. Nos muestra las miserias diarias, tanto de ella como de él, y el nivel de pobreza emocional al que llegan.
Quizá por hábito, me resulto extraño verme leyendo una historia de una queja masculina: que ella no trabaje, que se queje todo el tiempo, que le grite. Normalmente las mujeres tendemos a pensar que el hombre es el que destroza el matrimonio y lo hace todo mal.
Sin embargo, el pobre Pepe me ha dado pena. Por cómo ves que era un buen partido y Carmen le engañó para casarse con él. Por cómo se tiene que humillar día a día para no tener una bronca tras otra (que al final tienen de todos modos). Pero sobre todo, porque hace las cosas pensando que es lo mejor, y no deja de meter la pata.
Supongo que siento simpatía por el porqué el personaje de Carmen me callo mal desde el principio. En alguna ocasión en el texto la describe como zafia, y eso es algo que me saca de mis casillas. No solo eso (que hay que entender que no todo el mundo tuvo la educación tan fácil como ahora), sino que se siente orgullosa de ello.
Nostradamus entra en juego a un cuarto de la historia, a poco tiempo del temido efecto 2000, cuando se vaticinaba que iba a acabar el mundo. Realmente, como casi todo lo que sucede en esta novela, surge como una tontería pero se convierte en un mundo. Aquí nace la obsesión de Carmen por leer el futuro de sus hijos en las profecías de Nostradamus.
Por si aun teníamos alguna duda acerca del objetivo de la novela, llegado a un punto, más o menos por la mitad, las escenas parecen estar pensadas para hacernos reír (o llorar, según la reacción de cada uno). Supongo que ahí está la gracia, en ese humor basado en las situaciones tragicómicas, en las que sentimos lastima por los personajes.
Si tuviera que ponerle un pero, quizá deba remarcar en el texto algunos fallos de puntuación. Es posible que facilitara la lectura algún punto (en lugar de comas) y varios cambios de párrafo. De todos modos, esto puede verse como un estilo personal del autor ¿acaso no escribía Saramago sin un solo punto?
No es una lectura ligera, no porque resulte pesada de leer, sino porque la situación que narra me pesó en el alma, me hizo pensar como pueden perderse todos los sueños a lo largo de la vida. Y un día abrir los ojos y darnos cuenta de que no somos felices y es difícil cortar con todo.
Nos habla también de las miserias de cada uno, de lo que nos quejamos del otro y los fallos que tenemos nosotros mismos. De cómo cada las mezquindades atraen más mezquindades, entrando en un círculo vicioso de patetismo.
Todo esto, contado en semi-clave de humor. De hecho, lo veo ideal para una película de Almodóvar, del que tengo que reconocer que no me gusta nada. Por suerte, tenemos el texto del que podemos disfrutar poniéndole las imágenes que queramos.
El final es entre profético y surrealista, nos da a entender como nuestros actos influyen en todo y todos, y del influjo que ejerce el intentar descifrar nuestro futuro en cada persona. ¿No se pasan acaso todos los personajes el tiempo mirando al futuro sin darse cuenta de lo que tienen en el presente?
Una historia, que a la vez de entretener (y mantener el corazón en un puño al final, dejando una sensación de desasosiego) te hace pensar en la vida. Quizá no muy apropiada para el verano donde buscamos algo distendido, pero sin duda merece la pena leer.