La frase “soluciones en vez de culpables” se la escuché al analista y director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel. Luego leí el desarrollo de esta idea en un trabajo suyo sobre la situación nacional y el futuro del país.
1. La frase “soluciones en vez de culpables” se la escuché al analista y director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel. Luego leí el desarrollo de esta idea en un trabajo suyo sobre la situación nacional y el futuro del país. Pienso que una mayoría de venezolanos la asume. Porque esa mayoría está obstinada con la polarización. Porque no quiere que el debate siga girando en torno a la diatriba y de espaldas a las soluciones. Y porque la sensación generalizada es que se aproxima la hora de la verdad.2. En efecto, el común -diría aquel caroreño insigne que fue Chío Zubillaga- quiere soluciones. Respuestas a sus problemas. Que son muy concretos: educación, seguridad, alimentación, vivienda, servicios públicos, trabajo. El tiempo de buscar culpables persiste, pero para determinar responsabilidades está la justicia. Para detectar, apresar y juzgar a los corruptos hay leyes que deben aplicar, de manera implacable, los tribunales. Pero determinar responsabilidades no puede ser la esencia de la política. Lo que cuenta son las soluciones. La capacidad de los líderes y de los partidos para atender los problemas reales de la gente. El resto es una emanación tóxica de la polarización.
3. Tengo la impresión que Maduro intenta, desde Miraflores, darle un vuelco a la conducción y, por tanto, ir a la esencia del problema. No se necesita ser marxista ni fidelista para darse cuenta que el aparato estatal venezolano no sirve. Que es una estructura anacrónica con la cual no se puede adelantar cambio alguno. Ni siquiera chiquitico. En gran medida el fracaso de los gobiernos tiene su origen en esa realidad que nadie, hasta ahora, se atrevió a desafiar: la caducidad del Estado, por no decir su inexistencia como ente conductor. Porque lo que existe es una versión burocrática.
4. No me voy extraviar por los vericuetos de un debate estéril sobre las medidas anunciadas por Maduro. Si fue o no un “sacudón”. El ratón que surgió del rugido de la montaña. O el anuncio que presagia el salto al comunismo. Que la reorganización del Gabinete fue puro enroque. O más de lo mismo. O caer en especulaciones pintorescas como que se impuso la línea dura y fue derrotada la blanda. Lo que cuenta es que se reorganizó el funcionamiento del Consejo de Ministro por sectores. Que el nuevo formato le comunica dinamismo a una estructura carcomida por la termita de la rutina. Que se asume la territorialidad como cuestión básica para darle cohesión al país y facilitar la acción de gobierno. Que a partir de ahora el Estado puede extender sus bondades en términos iguales y justos. Que se inicia la operación más audaz de la Venezuela contemporánea: el desarrollo a fondo del Estado comunal para hacer realidad la participación del pueblo en la toma de decisiones y en la ejecución de las mismas.
5. En ese intento por plasmar un modelo que desmonte la burocracia existente y empodere al pueblo, justo en esa línea, está la creación de una autoridad única para reducir al mínimo la tramitación y la permisología, verdadero calvario para el ciudadano de a pie y fuente inagotable de corrupción. En el fondo estamos en presencia de una propuesta de cambio profundo. ¿Una revolución? Cualesquiera sea el nombre que se le dé representa el intento más serio hecho en Venezuela para modificar una estructura de gobierno que opera como lastre y no como motor del desarrollo nacional y realización del Estado social de derecho y de justicia. El debate está abierto. Para todos los gustos.
Laberinto
El pasado 11 de septiembre se cumplieron 41 años de la ignominia consumada en Chile por el gobierno de Nixon, con participación de la derecha de esa nación, la Democracia Cristiana, y colaboración de los medios. Vocero ante Washington para montar el plan contra el gobierno democrático de Allende -y lograr que la Fuerza Armada diera el cruento golpe-, fue el dueño del diario El Mercurio, Agustín Edward, como aparece en los documentos desclasificados por Estados Unidos…
La memoria histórica conserva como legado de dignidad tanto la muerte en combate de Salvador Allende, el propio 11 de septiembre en Palacio, y de Víctor Jara, torturado en el Estadio Nacional y fusilado el 16 del mismo mes. Nada borra ese recuerdo…
Mientras lo que queda de la MUD se esfuerza por ocultar la crisis interna, las diferencias se profundizan: Capriles llama a volcar la atención en las parlamentarias de 2015 y Luis Florido, dirigente de Voluntad Popular -partido de López- acusa al ex candidato presidencial de “engañar al pueblo”…
Carlos Mendoza Potellá, experto petrolero, profesor de la UCV, suministró a Panorama (08-09-14) declaraciones que rebaten algunos comentarios de gente de oposición sobre el tema. Ejemplo: a) que Venezuela importa crudos desde 1983, de México y otros países, para las refinerías del circuito Citgo en EEUU. b) que en la década de los 80 Venezuela adquirió 19 refinerías obsoletas, chatarra, de las que ha intentado salir, y gastó mucho dinero en modernizarlas; c) que lo más indignante de Citgo es la cantidad de impuesto a la renta que paga a EEUU sobre ganancias inexistentes y la entrega de crudos con descuentos; d) en 2013 solo 30% del crudo refinado en Citgo era nacional y el resto de otras fuentes…
La conjura desestabilizadora en marcha incluye en el formato una infame ofensiva de descrédito contra funcionarios del Gobierno. Entre los seleccionados están Nelson Merentes y otros de relieve…
El inefable Brownfield, como siempre, atacando a Venezuela.
jvrangelv@yahoo.es