El espía que creó el FMI

Publicado el 14 septiembre 2016 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda

Mientras sus ejércitos luchaban juntos contra los nazis en Normandía, Gran Bretaña y Estados Unidos disputaban en una pequeña localidad de New Hampshire una pelea desigual por establecer el orden económico mundial de la posguerra. Seguro de su superioridad intelectual, John Maynard Keynes, el campeón inglés, sabía que libraba un combate perdido. La lucha contra Hitler había arruinado a Gran Bretaña. Era un secreto a voces y Harry Dexter White, el paladín estadounidense, sacó el máximo partido de la debilidad de su oponente.

En la conferencia de Bretton Woods (1-22 de julio de 1944) no solo nacieron los dos grandes organismos que aún intentan dirigir la economía mundial – el Fondo Monetario Internacional (FMI) y  el Banco Mundial -, sino un mundo dominado por el dólar. Una superpotencia anticolonial en ascenso, los Estados Unidos de América escribe Benn Steil en las páginas finales de ‘La batalla de Bretton Woods -, utilizó su influencia económica sobre una potencia imperial aliada en estado de insolvencia, Gran Bretaña, para fijar (…) las normas del comercio exterior y las finanzas internacionales”.

Harry Dexter White y John Maynard Keynes

Keynes quería crear una divisa internacional, el ‘bancor’, para que el FMI fuese un instrumento de crédito independiente. No lo logró. Estados Unidos deseaba un mundo sin los aranceles y las devaluaciones competitivas que acentuaron la Gran Depresión, y, sobre todo, que un dólar con un valor fijo fue la divisa global de referencia. Aspiraba a un imposible – proveer al mundo de dólares que, en cualquier momento, podían cambiarse por una cantidad fija de oro -, pero durante más de dos décadas el sistema funcionó, hasta que el gasto de la Guerra de Vietnam lo hizo insostenible.

Benn Steil lo cuenta muy bien en un libro tan entretenido como didáctico, que rompe los límites cronológicos de Bretton Woods y pasa de la economía al espionaje gracias a un protagonista sorprendente: Harry Dexter White. Aunque lo definía como “autoritario, mal compañero, propenso a despedir a sus subalternos, con una voz estridente y áspera, tiránico de mentalidad y comportamiento”, Keynes respetaba la inteligencia y brillantez de su oponente. Ignoraba un dato esencial: Dexter White también pasaba información clave a los soviéticos.

Harry Dexter White durante su declaración ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses

La denuncia de su reclutador, el periodista Whittaker Chambers, provocó que el FBI investigase a White desde 1942, pero serían los telegramas descifrados por el proyecto Venona los que impidiesen que fuese el primer director del FMI, como estaba previsto. White, el topo soviético más inesperado, falleció el 16 de agosto de 1948, tres días después de testificar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses. Su sistema, el 15 de agosto de 1971, cuando Nixon abandonó el cambio fijo del dólar, tras más de dos décadas de prosperidad mundial irrepetible.

‘La batalla de Bretton Woods’. Benn Steil. Deusto. Barcelona, 2016. 544 páginas, 24,95 euros.

Pd.: En este enlace podéis leer el primer capítulo.