“El espíritu del Mago” continua un tiempo después con la historia que presenciamos en la primera novela. Derguin ahora es el Zemalit y se encuentra formando a su propio ejército de tahedoranes en previsión de la gran guerra que todo el mundo sabe que se avecina, y por otro lado Kratos, a vuelto a la Horda Roja y como uno de sus generales, avanza con ellos a lo largo de Tramórea. Por lo demás todo sigue más o menos igual, Mikhon sigue convertido en estatua y la sombra del malvado Ulma Tor planea constantemente sobre todos. Si la cosa quedara así, no habría problemas, pero los Aifolu están empezando a avanzar y a conquistar (y destruir) toda la tierra que encuentran a su paso ayudados por antiguas criaturas que han despertado mediante múltiples sacrificios humanos. Como os podéis imaginar el camino de los protagonistas volverá a cruzarse y a él se añadirán otros nuevos como Darkos, las Atagairas o el curioso mago Barantán.
No quiero extenderme mucho más en la reseña para no spoilear nada y estropear la lectura de la novela, porque se merece prestarle toda la atención posible y enfrentarse a ella sin conocer mucho, y así poder disfrutarla en condiciones, así que lo voy a dejar aquí.
Ya tengo por casa el tercer volumen de la saga, así que pronto me pondré con él y os contaré si en realidad es sólo un trámite hasta llegar a la última novela o en realidad es otro genial capítulo de esta gran saga.