Es una lástima, porque creo que este libro no ha sido aún traducido al español. Y digo que es una lástima porque ha sido uno de los libros que más me ha impactado en los últimos años, y de volver a leerlo siempre prefiero hacerlo en español. Me pierdo en divagaciones sin ir al grano, disculpad. La historia de este libro, escrito por Anne Fadiman, es parecida a la de Huéspedes del Sheik, pues es otro estudio etnográfico sobre una cultura totalmente diferente a la occidental, pero esto es incluso un poco más complicado. Este libro nos cuenta la travesía de una familia por distintos centros de EEUU para tratar de tener bajo control la epilepsia de la hija pequeña, Lia, que no tiene más de cinco años. ¿Y cuál es el problema en todo esto? Que la cultura Hmong de la que proceden los padres, Foua Yang y Nao Kao Lee, es incompatible con los procedimientos sanitarios de los EEUU. Para mayor información, los Hmong son un grupo étnico que habita en varios países de Indochina y que entre sus creencias destaca la que dice que nadie puede separar el bienestar físico de una persona de su salud espiritual.
Con esta separación entre culturas (y añadiendo la problemática de una niña con epilepsia), parecería muy fácil decir que el protocolo a seguir es simplemente tratar de acercar ambas culturas para tener un buen entendimiento por el bien de Lia ¡Pues nada de eso! La solución es cien veces más complicada. Corrijo, no la solución, sino la situación. Tened en cuenta que yo solo os he hecho un minúsculo resumen sobre la cultura Hmong, porque estoy casi segura de que mucha gente iba a considerar el estilo de vida Hmong como primitiva a causa de sus costumbres y de su relación con la naturaleza y el mundo espiritual.
Desde la perspectiva occidental, entendemos por primitivo todo aquello que no encaja con nuestra idea de civilización, incluso cuando nuestros métodos seguramente tampoco sean los mejores. Por ejemplo, algo que llamó mucho mi atención es cómo las mujeres de esta cultura dan a luz a sus hijos, que de hecho, es la manera natural de hacerlo: en cuclillas o de pie, dejando que la fuerza de la gravedad facilite las cosas. ¿Y por qué las mujeres occidentales lo hacemos horizontalmente? Porque para los médicos es más fácil, y también porque Luis XIV tuvo el "genial" antojo de ver nacer a sus hijos.
Para la mayoría de nosotros, la idea de parir de forma natural sin anestesia es terrorífica, pero según las leyes de la naturaleza (y no las de la medicina) esta es la manera más apropiada y menos dolorosa de tener hijos. Es cierto que tienes doctores para asistirte, pero eres tú quien tiene que seguir sus reglas porque ellos no van a seguir las reglas de tu cuerpo; o al menos no las van a seguir al 100%. Ahora nuestra manera de hacer las cosas ya no parece la más lógica, ¿verdad?
Hablemos de otra situación descrita en el libro para ver si somos capaces de entender por qué los padres de Lia se negaban en rotundo a darle la medicina de los doctores para controlar la epilepsia. Imaginemos que tenemos un familiar muy querido que tiene la misma enfermedad que Lia, y la única solución que los doctores dan es hacer rituales para invocar espíritus sanadores. La primera reacción que tendríamos sería ignorar estos procedimientos y considerar los métodos que por cultura consideramos que son más apropiados. Sí, por cultura, no por lógica ni porque sea más natural, no tenéis más que pensar de nuevo en lo de los partos para daros cuenta de que lo que se impone de verdad es la costumbre de nuestra cultura. Quería llegar sobre todo a esta parte, porque fue una de las cosas que en un principio más me irritó de los padres de Lia, el que prefirieran invocar a espíritus sanadores antes que dejar que los médicos trataran a su hija, sobre todo porque Lia estaba en una situación de riesgo muy alto. Lo cierto es que hasta que no piensas en esto, no puedes ver que los padres únicamente actuaron en consecuencia según su sistema de creencias.
En la siguiente entrada seguiré hablando de este particular "desprecio" entre culturas y por qué la multiculturalidad y la integración no es tan sencilla como la pintan. Por cierto, el título del libro tiene que ver con las caídas de Lia al suelo cada vez que tenía los ataques de epilepsia y que sus padres atribuían a la posesión de un espíritu maligno.
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Fuente de las imágenes:
http://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-561248441-el-espiritu-te-atrapa-y-te-caes-un-nino-de-hmong-sus-medico-_JM
http://elojocritico.info/suenos-que-matan-la-muerte-subita-de-la-etnia-hmong/
http://serpadresembarazo.taconeras.net/2012/01/09/cuando-en-occidente-teniamos-hijos-de-pie/