Hay exposiciones entretenidas, otras que están bien, pero hay algunas que son realmente imprescindibles, de esas que iría a ver una y otra vez sin cansarme. Es el caso de El esplendor del románico que podemos ver estos días y hasta el 15 de mayo en la Fundación Mapfre (paseo Recoletos, 23), yo ya he ido dos veces, y no descarto que haya más visitas. Me confieso una enamorada del románico, mucho más que del gótico, esas imágenes infantiles, de trazo grueso y torpe, esa pérdida de la perspectiva y las proporciones que tan bien dominaban en la antigüedad clásica y que se perdieron en la oscuridad de la Edad Media, un periodo realmente interesante, donde las imágenes servían de libros abiertos para enseñar y adoctrinar a una sociedad analfabeta, esas iglesias pequeñas y recónditas, todo eso y mucho más es lo que amo del románico, y ahora podemos ver una selección realmente impresionante en Madrid.
Iglesia de San Juan de Boí (Alta Ribagorza, Lérida)
El esplendor del románico nos ofrece la oportunidad de poder contemplar una selección de 59 obras pertenecientes al Museu Nacional d'Art de Catalunya, en las que se encuentra representado el románico a través de la pintura, la escultura y la arquitectura. El Museu se fundó a comienzos del siglo XX, coincidiendo con el descubrimiento de estas obras del arte medieval en iglesias aisladas del Pirineo que carecían de protección oficial. Para evitar que fuesen arrancadas de sus muros, vendidas y exportadas, intervino la Junta de Museos de Barcelona comprándolas para que permanecieran en España. La muestra comienza con esas pinturas murales impresionantes y coloristas, que se encontraban en muros y ábsides, y que fueron arrancadas con la ayuda de un grupo de restauradores italianos que utilizaron la técnica del strappo, que consiste en extraer la pintura del muro aplicando unas telas de algodón empapadas en cola orgánica soluble al agua llamadas telas de arranque, al secarse la cola, se arrancan estas telas con con un martillo, y ya en el museo se pega a la parte posterior de la pintura una tela de traspaso que servirá como soporte definitivo de la pintura. Se retiran las telas de arranque disolviendo con agua la cola orgánica, y se fijan las pinturas en unas armaduras de madera que reproducen las superficies originales.
Talla en piedra
Monasterio de Santa María de Ripoll (Ripollès, Gerona)
El recorrido continúa con la escultura arquitectónica, con relieves en capiteles pertenecientes a Santa María de Besalú o al Hospital de San Nicolás de Barcelona. Además, podemos ver una representación en 3D del monasterio de Ripoll, además de admirar entre otros esta impresionante talla que podéis ver en la imagen de arriba.
Subimos a la segunda planta donde veremos importantes piezas de mobiliario como tablas de altar, baldaquinos, imágenes en bulto redondo o pinturas al temple sobre tabla, pertenecientes entre otros a Ripoll, la Seo d' Urgell o Vic.
Talla en madera entelada parcialmente y policromada al temple
Iglesia de la comarca de la Garrotxa (Gerona)
Personalmente, comienza a partir de aquí una de mis partes favoritas de la exposición, las tallas en madera entre las que destacan las vírgenes con el niño y los crucifijos, con o sin policromía. Una pieza que llama poderosamente la atención es la preciosa Majestat Batlló, a la que además han colocado sola e iluminada en el centro de una sala circular en penumbra. La fotografía que he podido encontrar no le hace justicia, realmente la imagen sobrecoge y es imposible no admirar su belleza.
El recorrido finaliza con el tesoro de la iglesia, donde podemos admirar diversos objetos para el culto y la liturgia elaborados en materiales preciosos y en distintos tipos de metales. De todos ellos me quedo con esta bonita paloma que servía para almacenar las hostias, y que en muchas ocasiones se colocaban colgando encima del altar para representar al espíritu santo. Aquí podéis ver tan solo una pequeña selección de la gran cantidad de imágenes que podemos admirar en la muestra, si queréis ver más, daros una vuelta por la web de la Fundación Mapfre.
Además del románico, podemos visitar hasta el 17 de abril en la planta baja de la Fundación Mapfre una insólita exposición fotográfica del británico Adam Fuss (Londres, 1961). Se trata de una selección de sus mejores obras, realizadas a lo largo de casi treinta años. La muestra comprende 50 fotografías realizadas desde 1986 hasta nuestros días. El elemento realmente innovador de Fuss es la utilización de técnicas fotográficas antiguas, aplicándolas a fotografías y conceptos actuales, con lo que logra unas imágenes fantasmagóricas e irreales, que nos trasladan a un mundo paralelo. Como ejemplo, baste la serie Invocación donde muestra siluetas de bebés que parecen flotar en medio de la nada.
Fuss utiliza para ello el fotograma, un procedimiento que consiste en tomar una imagen a partir de una copia única realizada sin cámara, colocando el objeto sobre un papel fotosensible y exponiéndolo a la luz directa. El fotógrafo ha aplicado esta técnica también a distintos elementos de la naturaleza, como por ejemplo culebras.
También usa otras técnicas como los daguerrotipos, platinotipos o métodos fotográficos tradicionales. En el caso de la serie My ghost (Mi fantasma), utiliza trajes de bautizo y remolinos de humo, con los que quiere transmitir una sensación de pérdida. Realmente las imágenes no dejan indiferente, y producen una especie de desasosiego al contemplarlas, así como distintas ideas sobre la muerte y lo fantasmagórico. El daguerrotipo fue el primer procedimiento fotográfico difundido en el mundo en 1839, en él la imagen se forma sobre una superficie de plata o de cobre plateado pulida como un espejo. De este modo, la imagen revelada está formada por partículas microscópicas de aleación de mercurio y plata, ya que el revelado con vapores de mercurio produce amalgamas en la cara plateada de la placa, que previamente había sido expuesta a vapores de yodo para que fuera fotosensible. Estas imágenes tienen la particularidad de que son piezas únicas, ya que no permiten la posibilidad de hacer copias al no existir un negativo, además, generalmente la imágen original está invertida lateralmente, como en un espejo.
Las que más me han gustado con diferencia han sido una serie de fotografías que no he podido incluír en esta entrada, en primer lugar porque no las he encontrado, y por otro, porque realmente no tendría mucho sentido mostrarlas. Me explico. Se trata de una serie de imágenes que vistas de frente parecen fotografías totalmente en negro, sin embargo, al acercarnos a la imagen y verla desde distintos ángulos podemos vislumbrar sombras, imágenes de personas ocultas en la oscuridad de la fotografía, como si se tratara del espíritu fotografíado de alguien, realmente sorprendente y sobrecogedor.
La visita a ambas muestras es gratuita, y pueden verse los lunes, de 14 a 20 horas; de martes a sábado, de 10 a 20 horas; y los domingos y festivos, de 11 a 19 horas.