Revista Ciencia

El esplendoroso palacio de cierto rey de Iberia del que la historia académica consensuada apenas quiere hablar

Por Georgeosdiazmontexano @GeorgeosDiaz

Lienzo parcial de una antiquísima muralla o pared de aparejo de sillería ciclópea de alguna gran edificación prerromana. Ibros, Jaén.

El esplendoroso palacio de cierto rey de Iberia del que la historia académica consensuada apenas quiere hablar.

Por Georgeos Díaz-Montexano

Una referencia de Polibio -citada por Ateneo de Naucratis- sobre una gran mansión o palacio de un rey de Iberia, constituye una de las más preciosas referencias sobre el esplendor y riqueza de algunos pueblos de Iberia. La referencia no ofrece indicación precisa del lugar donde se hallaba tan grandiosa edificación, pues solo se usa el término “de cierto rey ibero”, y como es sabido, Polibio usa el término ibero en muchas ocasiones como un genérico para referirse a los habitantes de Iberia, como sinónimo de hispano, y no necesariamente solo para referirse a los íberos como tal, Por ello es que algunos autores han defendido varias localizaciones dentro de la península ibérica para tal esplendorosa mansión, de las cuales me parece más convincente la que propone se trataría de algún palacio de la Turdetania, debido a la más que referenciada celebridad de esta región de Iberia, por su esplendor y riqueza, especialmente en oro y plata, tal como se describe en la cita.

En cuanto al valor de la referencia, y dando por sentado que Ateneo no se la inventó (pues no hay razón alguna para suponerlo), no olvidemos que Polibio es una fuente de primera mano que recogió sus informaciones directamente, pues a diferencia de muchos otros importantes autores que escribieron sobre las antigüedades de la península, él si estuvo en Iberia.

La cita en cuestión pertenece a un pasaje donde Ateneo de Naucratis recurre a Polibio, tras hablar de la gran mansión o palacio del rey Menelao, y especialmente de la magnificiencia de los descritos por Homero en sus obras, en concreto de los ricos Feacios (Feakios) que habitaban en la misteriosa isla mencionada en griego como Skhería o Sxería (pronunciado: Sjería), que en español se ha venido transcribiendo erróneamente como Esqueria.

Así dice Ateneo:

“Οἴκων μὲν οὖν λαμπρότατος ὁ Μενελάου. Τοιοῦτον δέ τινα ὑφίσταται τῇ κατασκευῇ καὶ λαμπρότητι ⟨οἵανπερ⟩ Πολύβιος Ἴβηρός τινος βασιλέως οἰκίαν· ὃν καὶ ἐζηλωκέναι λέγει τὴν τῶν Φαιάκων τρυφὴν πλὴν τοῦ τοὺς κρατῆρας ἐν μέσῳ τῆς οἰκίας ἑστάναι πλήρεις οἴνου κριθίνου, ἀργυροῦς ὄντας καὶ χρυσοῦς…” [16d] (ΑΘΗΝΑΙΟΥ ΝΑΥΚΡΑΤΙΤΟΥ ΔΕΙΠΝΟΣΟΦΙΣΤΩΝ, Lib. I, 16d, o, Deipnosophistai, I, 28, 18).

“El palacio de Menelao fue el más brillante de su tiempo, mas (Polibio) presenta como ejemplo un palacio semejante en construcción y esplendor de cierto rey de Iberia que emula -dice- con la suntuosidad de los Feacios, excepto que las cráteras repletas de vino de cebada que se hallan colocadas en medio de la mansión son de oro y plata…” [16d] (Traducción de Georgeos Díaz-Montexano, 1998).

La referencia deja claro que la mansión o palacio de un rey de Iberia que pone Polibio como ejemplo, no solo era semejante en construcción y esplendor al de Menelao, que es un palacio de los tiempos micénicos, y al de los Feacios, que también son los mismos tiempos, sino que hasta las cráteras destinadas a contener vino de cebada, seguramente cerveza, del citado palacio de Iberia eran de otro y plata.

Tal indicación parece remarcar la extrema riqueza de este rey de Iberia, que nos recuerda lo mismo que ya dijeron otros autores sobre la riqueza de los Tartessios y Turdetanos y de cómo estos hasta los pesebres para los animales los construían de plata, a la par que evidencia que los ricos habitantes de Iberia (al menos uno de sus reyes), tenían edificaciones suntuosas que solo eran equiparables con las más antiguas y legendarias de los tiempos micénicos, celebradas en los escritos del más célebre de los poetas trágicos, el gran Homero.

Me queda claro que tal palacial mansión del innominado rey de Iberia, no sería de simples escombros, rocallas, barro o adobe y techos de paja, como nos pintan siempre los historiadores y arqueólogos nuestros que tanto complejo de inferioridad padecen y tanta vergüenza sienten por el pasado remoto de Iberia. Tal palacio sería -según Polibio- una sólida edificación pétrea (probablemente de aparejo ciclópeo o grandes sillares), tan grandiosa y espectacular como un viejo palacio de los tiempos micénicos, y tan esplendoroso como el palacio del rey Menelao de la Ilíada y el palacio de Alkínoo, rey de los también legendarios adoradores de Poseidón, los Feakios.

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