El esqueleto sedientoUn esqueleto lleno de polvo caminaba en medio del desierto empujado por un alma viviente en busca de un manantial de vida.Mientras caminaba lo perseguía un lobo babeando saliva esperando a que desmayara para comérselo. Y cada vez que lo veía cansado le susurraba:_ No podrás continuar, estás cansado, échate a dormir.
Autora: María Abreu
Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz. (Salmo 36:9)