Para mi todos los DEN (Debate sobre el Estado de la Nación) son iguales, por eso, que les DEN. Hay multitud de encuestas que recogen con claridad nuestra Noción del Estado, que aunque no parezca lo mismo viene a resultar igual. Porque ¿cuál va a ser el estado de una nación en la que la mayoría de sus instituciones, con sus representantes al frente, huelen a decadencia, según esos mismos sondeos? Esto se debatirá en las urnas. Pero antes, clarostá, hay que ganar o recuperar acólitos a golpe de soflama y de la parafernalia con la que las majorettes arropan desde la bancada al soflamero cada vez que dice una cosa bonita, de esas que tanta necesidad tienen de creer, una y otra vez, los predispuestos patológicamente a hacerlo. Las feas solo se dicen en el confesionario, para quienes practican ese secretismo. Pena que la FE no mueva el motor de un coche, me iba a reír de los jeques y los mustafases árabes.
Este último DEN me gustó, sí. Sí, porque una imagen lo ha resumido más que medio kilo de “foliación” mariana, que suele estropearme el cutis facial (y el espiritual). Mientras presidía la sesión plenaria por ausencia temporal del titular, la vicepresidenta primera de la mesa fue grabada en un vídeo dándole al candycrash como una posesa. Con el respeto que se merece una nación y sus nacionales, supongo. Ella alega que estaba leyendo la prensa en Internet, que es más venial. El Congreso es un sitio tan estupendo para leer la prensa como cualquier acogedora cafetería, y más cuando ya se sabe en qué estado está la nación. Por lo menos tenemos a una persona ahí que no hace el paripé. En su descargo conviene dejar claro que “hay personas que podemos hacer dos cosas a la vez y que la gente puede hacer lo que quiera mientras esté escuchando”, descargo que procede de su compañera y vicepresidenta tercera. Aunque sean dos cosas tan diferentes y con tan distintas importancias que una de las dos debería prohibirse. Mucho “vice” y mucho vicio.
Esto es lo malo de las cosas que se ven, porque el problema no es que lo hagas sino que te pillen, como siempre comprobamos. La cachada queda fatal. Es el rollo ese del fondo y la forma o la forma y el fondo. Si en lugar de la Tablet hubiese llevado puestas unas bolas chinas la sensación sería estupenda, por dentro y por fuera, pegaba un brinco en medio de la ola con que bañan al presi cada vez que farfulla una cosa más alta que otra – esa debe ser la señal – y brinco a brinco llegaba a casa empapada de placer, el de saber que una nación puede reportar tanta satisfacción. Y quedaba de fábula con el jefe, la euforia pelotera suelen tener premio. El secreto, ya lo saben, para el confesionario.
Con todas estas cosas lo que vamos a conseguir es que prohíban las cámaras y cualquier dispositivo grabador en el Parlamento y demás lugares tan serios con el pretexto más peregrino, que somos una potencia en esto, como en la FE. Como ocurre habitualmente, cositas así pasarán al olvido, quedarán en nada. Pero lo dicen todo en el momento. Es una pena que en la cabina de las papeletas electorales no haya un botón que al apretarlo pase un video con los méritos de uno y otra, para los desmemoriados.