Hombre, Josep. Pero qué dices. Antes que nada, mi antipatía por el régimen teocrático iraní, aunque su presidente, Mahmud Ahmadineyad, me recuerde tanto al actor mexicano Gael García Bernal. Son una dictadura que mantiene el orden con puño de hierro. No tengo dudas en eso. Pero mi antipatía es idéntica a la que siento hacia Emiratos Árabes, Omanes y Arabia Saudí y otros pajarracos del Golfo. Auténticas dictaduras medievales, terribles, a las que los países occidentales hacemos la pelota de manera vergonzosa. Punto uno.
Punto dos. Que yo recuerde, Irán no ha iniciado guerra alguna en los últimos años, al revés que muchos de los países que citas en tu artículo. Países que consideras “buenos”. La última guerra iniciada por los persas data del 490 A.C, esto es, hace más de 2.500 años, y se las conoce como Guerras Médicas. Jerjes, Darío y esos. ¿Lo recuerdas? Punto dos.
Punto tres. Los EE.UU sólo entrarán en guerra si no tiene más remedio. Tras el fiasco de las caras y nada ventajosas guerras de Iraq y Afganistán, con el dólar secuestrado por China y con la economía estadounidense relamiéndose las heridas de la recesión, no van a gastar una fortuna para hacer de policía del Golfo. Alzarán la mano, pero no meterán el brazo. Y bien hecho que harán. Tantas masacres por el bien del crecimiento y del control del petróleo. Punto tres, Josep.
Punto cuatro y último. Todo el artículo, su tono, me recuerda al que aquellas madres en el parque que vigilan a sus retoños y van diciendo: «¡Cuidado, cuidado!». ¿Más miedo? ¿Todavía más? El miedo para paralizar a los usuarios, que ya sé que no somos ciudadanos.
Deja que te haga una pregunta para acabar: ¿Qué te ha motivado a escribir todo esto? Porque bien sabes que ni Irán ni nadie no se atreverá a cerrar el estrecho de Ormuz.
Un saludo, Josep.
Fuente imagen:
http://surviver-colapsofinal.blogspot.com/
Estrecho de Ormuz y bases americanas cercanas.
El estrecho de Ormuz