El estudio como forma superior de vida

Por Javier Martínez Gracia @JaviMgracia

Para los grandes filósofos griegos —especialmente Platón y Aristóteles— la mejor vida posible no es la más placentera ni la más exitosa, sino la dedicada al conocimiento. Aristóteles llegó a decir que “la vida contemplativa es la forma más alta de felicidad humana”[1]. No porque sea útil, sino porque realiza lo más propio del ser humano: el entendimiento. Platón dice: “Una vida sin examen no merece ser vivida”[2]. El examen es investigación, diálogo, búsqueda de la verdad. Vivir bien equivale a vivir interrogándose por la realidad y por uno mismo. El filósofo es quien se vuelve hacia el mundo inteligible, contempla las Ideas, y sólo secundariamente se ocupa de lo práctico. Sócrates sostiene que: el mayor bien es el cuidado del alma, y ese cuidado se realiza mediante el diálogo, la reflexión y la búsqueda de la verdad, incluso por encima de la riqueza, el honor o la supervivencia. Ya en el pitagorismo aparece la distinción entre: los que viven para el lucro, los que viven para la gloria y los que viven para contemplar el orden del cosmos. Estos últimos —los filósofos— son los únicos verdaderamente libres.



[1] Aristóteles: “Ética a Nicómaco (libro X)”

[2] Platón: “Apología de Sócrates”