El llamado diseño inteligente, la versión más reciente del creacionismo, carece de solidez teórica; es una teoría que pretende pasar por científica, cuando no lo es, para de ese modo hacer creer a la opinión pública que existe un debate dentro de la comunidad científica entre los partidarios del diseño inteligente y los evolucionistas, lo cual es falso».
En defensa del ateísmo (2012)
[Extracto del libro escrito por Roberto Augusto]
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