Revista Opinión

El ex primer ministro Nawaz Sharif se dispone a formar gobierno en Pakistán

Publicado el 12 mayo 2013 por Martincalatrava

LAHORE, Pakistán (AFP) – El ex primer ministro Nawaz Sharif se disponía este domingo a formar un nuevo gobierno de coalición en Pakistán tras la victoria de su partido en las elecciones del sábado, marcadas por una fuerte participación y algunos atentados.

El regreso al poder de este ex primer ministro de 63 años, depuesto por el golpe de Estado de Pervez Musharraf en 1999, debe aún ser confirmado oficialmente por la comisión electoral, pero los resultados parciales daban por hecha su victoria. Su principal adversario, el Movimiento para la Justicia (PTI) de la exestrella del cricket Imran Khan, que se ganó el respaldo de muchos jóvenes y la clase media tras prometer poner fin a la corrupción en el país, concedió su derrota a nivel nacional.

El Partido del Pueblo Pakistaní (PPP) que encabezó la coalición en el poder desde hace cinco años, sufrió un duro revés al punto de quedar prácticamente eliminado del mapa político del país, salvo en su bastión de la provincia meridional de Sinud. El presidente afgano, Hamid Karzai, llamó el domingo al próximo gobierno a ayudarle a negociar con los talibanes el fin de la rebelión que asola a su país desde 2001. Pakistán también enfrenta problemas con los talibanes en casa.

“Esperamos que el gobierno trace el camino hacia la paz y la hermandad con Afganistán y coopere en la lucha contra el terrorismo y el desmantelamiento de los santuarios terroristas”, añadió. Los comicios eran considerados históricos ya que permitirán a un gobierno civil pasar el testigo a otro después de haber completado un mandato de cinco años, toda una novedad en este país creado en 1947 y con una historia marcada por los golpes de Estado.

La participación en las elecciones fue “cercana al 60%”, anunció el sábado por la noche la comisión electoral. Se trata de la participación más alta desde 1977, según responsables electorales. En las últimas elecciones de 2008, la participación había sido del 44%. Más de 86 millones de personas estaban habilitadas a votar para designar a 342 diputados y a representantes en cuatro asambleas provinciales.

Según proyecciones de los canales de televisión, la Liga Musulmana (PML-N) de Sharif obtuvo una amplia ventaja sobre el PTI (Movimiento por la Justicia) de Imran Khan y el PPP de la familia Bhutto. Tras escrutarse más de la mitad de los votos, los canales de televisión pakistaníes indicaron que el partido de Sharif obtendría más de 115 escaños sobre 272. Unos 30 irían a PTI y otros tantos al PPP.

La PML-N no alcanzó por lo tanto la mayoría absoluta y deberá entrar en negociaciones con los otros partidos para formar una coalición. “Tenemos que agradecer a Dios por haber dado a la PML-N otra oportunidad de servir a Pakistán”, dijo Sharif. “Invito a todos los partidos a sentarse conmigo alrededor de una mesa para resolver los problemas del país”, declaró.

“El tigre ruge de nuevo”, subrayaba el domingo el diario Dawn, haciendo referencia al felino que aparece en los carteles electorales del partido de Sharif. La accesión de Sharif por tercera vez al puesto de primer ministro constituirá un récord en Pakistán, después de haber ocupado el cargo entre 1990 y 1993, hasta que cayó por corrupción, y entre 1997 y 1999, cuando fue derrocado por el golpe de Estado militar de Musharraf. En sus editoriales los diarios destacaban la gran participación, a pesar de la amenaza de ataques.

Más de 130 personas murieron durante la campaña electoral, considerada por los observadores como la más mortífera de la historia del país, en episodios violentos reivindicados en gran parte por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP) opuestos al proceso democrático que consideran “no islámico”.

Los ataques fueron de magnitud limitada el sábado, aunque dejaron 26 muertos. Los talibanes del TTP reivindicaron un atentado contra un partido laico que dejó 12 muertos y decenas de heridos en Karachi (sur). En la noche, un atentado suicida, modus operandi de los insurgentes, mató a dos paramilitares. Otros ataques en la inestable provincia de Balutchistan (suroeste) y en el noroeste, bastión del TTP.

Sharif e Imran Khan apoyaron la idea de dialogar con los talibanes para intentar poner fin a la violencia y criticaron los disparos de drones estadounidenses contra los islamistas en el noroeste del país. Pero ninguno de los dos precisó cómo harían para lograr la paz sin molestar a Washington, primer socio del país.


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