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2017 actualidad // Coaching // Miguel Benavent de B. // Opinión // Personal
EL EXÁMEN FINAL
A ratos pienso que me gustaría influir en las personas que me rodean para evitar su sufrimiento, en estos momentos. Igual lo hago, pero sin darme cuenta! Pero la verdad es que estoy viviendo un momento en mi vida en el que siento tener una visión clara (casi diría, clarividente) de lo que sucede, en mi vida, a mi alrededor e incluso lo que aún está por llegar!
A lo mejor se debe a que, al fin, soy libre! No tengo nada que perder, por lo que el miedo no influye en mis decisiones, sentimientos, pensamientos o actos. Alguien pensará y me juzgará como un “iluminado”, sin más. Tal vez sí, pero después de muchos años en la sombra. Otros dirán que soy un indiferente o descomprometido. Nunca más lejos de la realidad. Elijo qué me afecta, cómo lo hace y qué no dejo que me afecte, en mi vida, después de demasiados años prisionero de los demás y de sus juicios estériles y vacíos. Alguien tal vez dirá que paso de todo… y eso no es verdad, solo elijo ante qué o quién pierdo la cabeza, el corazón o la vida, porque me gusta vivirla intensamente y con pasión.
Seguramente he llegado hasta aquí y ahora, porque no tengo nada que perder, ya lo he dicho antes. Y esa es la clave! La otra, es confiar ya en la vida, en mí y en mi capacidad de salir adelante, sea como sea y ya sin miedo! Me conformo con lo esencial, que no es más que lo que nadie me puede quitar. Lo esencial no es más que lo que amo, lo que da sentido a mi vida y lo que me hace vibrar y sentirme bien vivo, por fin. Y luego está esa fórmula mágica: dar, para luego recibir!
Reconozco que hay pocas cosas que hoy me alteran, algunos incluso me reprochan eso, tal vez porque lo envidian. Como he dicho antes, no tengo nada que perder! No tengo propiedades, ni riqueza. Todo lo que tengo lo llevo puesto encima (o, mejor, dentro): mi corazón, mi amor y, hoy por hoy, mi salud! No hay más, ni menos.
En estos momentos de convulsión en Barcelona, Catalunya, España, Europa y el mundo entero, yo me siento ciudadano del mundo, como nunca me había sentido antes! Me da igual dónde y hasta cómo vivir! Pero no lo confundas con indiferencia, me debo mucho a mí mismo y al mundo que deseo cambiar, porque confío en la vida, tengo el talento necesario para hacerlo y porque me ha costado mucho llegar hasta aquí!
Por eso cuando veo a la gente de mi alrededor sufrir por las circunstancias actuales en cualquier ámbito, me da pena que no sepan ver y valorar lo esencial y realmente importante en ellas. Eso les hace estar confusos. Pero, aunque les diga que la paz solo se encuentra en el interior, la gente suele buscarla en el exterior, lo que actualmente es una locura! O la buscan dentro, pero no son capaces de vivirla e irradiarla hacia fuera, cuando los demás y el mundo más lo necesitan.
No te entretengas intentando entender lo que pasa a tu alrededor. Eso te distrae de ti y de lo realmente importante en tu vida. Por resumirlo de alguna manera, te diría que el mundo (le guste a quien le guste) está cambiando de manera firme e irreversible y eso se manifiesta persona a persona, de lo individual a lo colectivo. Por eso lo que ves en él no es más que la inútil resistencia al cambio, la pataleta, la confrontación permanente y toda esa serie de inútiles y contradictorios pensamientos y acciones que, como respuesta inmediata y automatizada, expresan el miedo! Y recuerda que el mundo que hemos creado (y, sobre todo, sus “dignos” representantes, los que tienen hoy el poder) crea, vive y se recrea en el miedo, propio y de los demás!
Para acabar, una sola sugerencia. Cuando veas, sientas, pienses o decidas algo en tu vida, primero hazte la siguiente pregunta ¿me mueve el amor o el miedo? Igualmente, cuando veas actuar a alguien cerca de ti, sin juzgarlo, hazte la misma pregunta para intentar entender lo que necesita y dáselo, aunque tal vez nunca te lo reconocerá ni agradecerá. Y rodéate solo de quienes ames y te amen y, por ello, te agradezcan ser, sentir y actuar como realmente eres, eso te hará más feliz!