Ademas,los jubilados tenemos que apoyarnos,no?Perdón "jubilados"no,en la reserva XD
Aquí os lo dejo y si podéis ayudarle,sobre todo si sois de Málaga o alrededores,me sentiría muy feliz:
"Me he mudado. No solo de piso, sino también de provincia, y de región, y de todo. A mi nueva casa me he llevado algo de ropa, algunos de mis queridos libros, y mis minis. TODAS mis minis. Y todas ellas me ocupan un armario ropero, pero antes prefiero usar menos ropa que prescindir de tan siquiera uno de los maletines donde guardo mi tesoro: mis ejércitos de Warhammer 40.000.
Hablaba hace poco con mi viejo amigo, Angel Saquero, gurú de los juegos de guerra en la región de Murcia. Recuerdo que fue en su casa que jugué mi primera partida a la 2ª edición de Warhammer 40.000. Estábamos en 1993 y la caja acababa de aparecer en el mercado. Era mucho mejor que el incómodo Rogue Trader, y quedamos enganchados desde entonces. Éramos jugadores vocacionales, y lo seguimos siendo. No puedo estar demasiado tiempo sin jugar, sin modelar o inventar.
Malal los asfixie con un regüeldo…
Echo de menos a mi grupo de jugadores en mi Murcia natal. No solo por el juego, sino por el modo en que jugamos. Para nosotros lo que más cuenta es la diversión, y eso también lleva implícita la fantasía y la iniciativa. En nuestro grupo siempre hay alguien trasteando, montándose un bicho a base de restos y masilla de esculpir. Y cuando le ha quedado bien (y sólo cuando le ha quedado bien) entonces acordamos entre todos un perfil y unos puntos para que pueda usarse en nuestras batallas. Eramos indulgentes con las limitaciones extrañas: ¿Si los Caballeros Grises pueden llevar Stormraven, por qué no iban a poder llevar Stormtalon? Y la cosa era tan fácil como pintarte una con los colores de la Inquisición y poder usarla. Jugábamos con lo que nos daba la gana siempre y cuando los ejércitos fueran coherentes, creíbles. Y en eso sí que éramos estrictos.
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