AUTOR
William Peter Blatty es un novelista y guionista estadounidense que nació el 7 de enero de 1928. Hijo de padres libaneses, nació en Nueva York, ciudad por la que deambuló con su madre de hogar en hogar tras el abandono de su padre. Tras su educación en diversos colegios católicos y jesuitas, finalmente asistió a la Universidad de Georgetown y a la Universidad George Washington, donde estudió Lengua y Literatura Inglesa. A mediados de los años 50 ganó 10,000 dólares americanos en un concurso televisivo, lo que le permitió dedicar los siguientes años a la escritura. Publicó varias novelas cómicas que, si bien obtuvieron una valoración positiva por parte de la crítica, no fueron grandes éxitos de ventas. Comenzó a escribir guiones en colaboración con el director Blake Edwards, pero al tiempo retornó a la novela. En un apartado paraje del Lago Tahoe escribió El exorcista, una novela de terror que él mismo adaptó para cine y que dirigió William Friedkin; ésta tuvo un inmenso éxito y obtuvo un Óscar para Blatty, si bien también fue acompañada de polémica. Aunque escribió varias novelas en la línea de ésta, algunas de las cuales también fueron llevadas al cine, ninguna llegó al estado de culto de El exorcista.
SINOPSIS
El terror comenzó tan discretamente que al principio pasó inadvertido.Pequeñas molestias en Regan, para las cuales Chris MacNeil, actriz y madre, encontraba fáciles explicaciones. Parecía como si Regan hubiera sido invadida por una personalidad diferente. ¿Era posible que anduviera suelta una fuerza demoníaca? Si los médicos y la psiquiatría no ayudaban, ¿el exorcismo podría ser la respuesta?Esta novela aterradora fue llevada al cine con un éxito formidable.
RESEÑA
Madre mía... y por dónde empiezo yo con este libro. Para empezar, diré que no es para nada lo que me imaginaba. Evidentemente, conocía su versión cinematográfica, y de hecho volví a verla cuando acabé el libro, así que quizá es por eso que pensaba que iba a ser más terrorífica la novela (y eso que la peli tampoco es que sea muy muy muy terrible, pero oye, su miedo da xD).
Bueno, vayamos al libro. Blatty tiene una maravillosa forma de narrar los sucesos que ocurren en casa de Chris y Regan MacNeil, sucesos que comienzan con naderías, pero cuando empiezan a tomar forma, no se pueden parar. Sin embargo, aunque la explicación que más rápido viene a la mente del lector es la de la posesión, Blatty, a través de sus personajes, intenta cientificarlo todo, darle explicaciones lógicas y médicas a estos sucesos.
Al principio, parece que Regan tiene un trastorno, una lesión cerebral que puede producir todos los síntomas que observamos en ella: cambio de personalidad, trastornos en su propio cuerpo, incluso los más increíbles, telequinesía y telepatía (sí, parece ser que hay ciertas lesiones que pueden provocar esto... el cerebro es un misterio). Chris MacNeil es una mujer no religiosa, ni creyente, así que les hace caso a los médicos, hasta que va tomando forma en su mente la idea de que Regan está verdaderamente poseída por una fuerza demoníaca. Por este motivo acude al padre Karras, personaje fundamentalísimo en esta novela, y además, de los personajes mejor construidos con los que me he topado en toda mi historia como lectora. De verdad, he tardado demasiado en leer esta novela.
Damien Karras arrastra un pasado difícil, un trauma reciente, y no solo eso. Además de ser párroco, Karras es psiquiatra. ¿Paradójico, verdad? Parece que él va a llevar la racionalidad a la mente de Chris de nuevo, pero finalmente acaba sucumbido por la sugestión (o eso quiero pensar), y acaba creyendo él mismo que Regan está poseída. Así comienza el mejor episodio de la novela: el exorcismo.
Como decía antes, la novela está plagada de datos médicos que podrían explicar el estado de Regan, dejando aparte la posesión; pero por otro lado, Blatty juega mucho con la sugestión, tanto de los personajes como del lector. Acabamos dudando de todo, incluso dos o tres veces. Yo al final no sabía con qué explicación quedarme, si con la médica o con la religiosa. Supongo que nunca me quedará del todo claro, porque aunque no es un libro con un final abierto, sí que lo es en el sentido de que no sabes qué pensar, ni qué creer. Yo, sin ir más lejos, soy atea, no creo en Dios ni en el diablo, pero os juro que a medida que iba leyendo, a veces pensaba que Regan estaba verdaderamente poseída, incluso aunque yo misma no crea en estas cosas.
No es un libro que dé pavor, creo que ni siquiera es un libro de terror, aunque esté catalogado como tal. Bajo mi punto de vista, es un libro más intrigante, inquietante... tirando a misterio, con partes que sí, dan miedo, porque estos asuntos siempre dan un poco de yuyu, incluso al más valiente. El solo pensamiento de que un demonio pueda entrar en el cuerpo de una niña... de tu hija, de tu hermana, de tu prima, de tu amiga... ¿os lo imagináis? Yo tampoco, Chris, la madre de Regan, ni por asomo; pero leed este libro y ya me contaréis qué acabáis pensando.
No me voy sin deciros que, a pesar de ser un "clásico", tiene una lectura súper ágil y ni uno solo de los fragmentos hace que desconectes de la historia, ni siquiera cuando estamos antes datos científicos y médicos.