Palalelamente, con la solvencia, la constancia y la dignidad que el asunto requiere, España debe reclamar jurídicamente, exigir apoyo a los aliados y promover boicots a los productos argentinos. Cualquier cosa menos dejar impune el delito, algo tan habitual en la pol´tiica española, donde los expoliadores "colegas" de Cristina han saqueado las cajas de ahorros y el mismo Estado sin que ni siquiera hayan sido castigados.
Y siempre preparados para tender el brazo y dispensar amistad al pueblo de Argentina, pero una vez que se haya liberado de la caterva de piratas que hoy lo gobierna.