"El Expreso pingüino-bolivariano" Luto argentino!

Publicado el 20 octubre 2013 por Clarena Roux @clarenaroux
Casi 100 heridos en el accidente de tren en Argentina

No fue un accidente. La muerte de 90 personas, las heridas de 600 —cuando un tren de cercanías no pudo frenar y embistió el parachoques de la estación de Once, en el centro de Buenos Aires— fue el efecto esperado de una larga sucesión de causas perdidas.
  

Al menos 99 personas han resultado heridas este sábado en el choque de un tren en la estación Once, en el centro de Buenos Aires, en el mismo lugar donde se produjo el fatal accidente que dejó 51 muertos en febrero del 2012, según el Sistema de Atención Médica de Emergencia de la capital (SAME).
La mayoría de las víctimas sufren "heridas leves, traumatismos y crisis nerviosas", al tiempo que varias personas permanecen en observación a la espera de que se les diagnostique las lesiones que sufren, según fuentes médicas citadas por el diario argentino 'Página 12'.


Varios menores se encuentran entre los heridos, incluido un niño de 8 años y cinco adolescentes de entre 14 y 17 años. Hasta doce hospitales han recibido a personas heridas por el accidente.
Dos helicópteros, 80 ambulancias, médicos y enfermeros del SAME se han desplazado hasta la céntrica estación de Once desde primera hora de la mañana para tratar a las víctimas de la colisión, ministra de Salud de Buenos Aires, Graciela Reybaud, que ha precisado que las tareas de asistencia se han prolongado durante 40 minutos.
 

Por su parte, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, el único representante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que se ha desplazado a la estación, ha confirmado que no se ha tenido que lamentar ninguna víctima mortal.

CONDUCTOR DETENIDO


El conductor se encuentra "detenido e incomunicado" después de que éste fuera trasladado con heridas al hospital Ramos Mejía, del barrio bonaerense de Balvanera, donde continúa, según han informado fuentes judiciales a la agencia Télam.
La empresa de transportes ha señalado que el accidente del tren se produjo "a las 7.25" cuando "la formación completaba el trayecto Moreno-Once, impactó contra los parachoques del andén 2 de la estación de Once" y ha informado de que no se habían reportado fallos antes del accidente.
"Por casualidad no murió gente porque no había nadie en el andén. El tren siguió de largo", ha comentado un pasajero de la formación que chocó al canal de noticias local TN.
Se trata del cuarto gran accidente de trenes que se da en Argentina en menos de dos años. El sistema ferroviario argentino, en crisis por décadas de baja inversión, transporta diariamente millones de personas, especialmente entre Buenos Aires y su periferia.



El 'ferrocidio' argentino


El matrimonio Kirchner soñaba con un 'tren bala' y hasta llegó a suscribir un pre contrato de obras con la compañía francesa Alstom, por un monto total de 2.700 millones de euros, en vez de mejorar el desastroso servicio de trenes de cercanías en Buenos Aires, tal y como claman desde años atrás las asociaciones de usuarios.
El proyecto de 'tren bala' abortó temprano, a golpes de la crisis financiera mundial. Mientras, los trabajadores porteños siguen viajando a sus tareas apretados como sardinas enlatadas, en trenes viejos con más de medio siglo de uso. Sin embargo, el Gobierno de la presidenta peronista Cristina Fernández, viuda de Kirchner, no se priva de montar propaganda política sobre esos convoyes.
Los mismos trenes de la línea Sarmiento que sufren accidentes por encontrarse ya obsoletos -y que han causado tragedias con al menos 50 muertos y 676 heridos- lucen a los costados gigantografías proselitistas. Son fotos del fallecido presidente peronista Néstor Kirchner (2003-2007) y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, abrazados. Al lado se lee 'Sudamérica Unida', escrito prolijamente.


Ese 'graffiti' de propaganda política también puede verse en los trenes de doble piso 'V4' de la misma línea, cuatro convoyes en total, que aún siendo los más modernos, paradójicamente, la empresa no los pone a rodar en las horas punta.
Muchos usuarios optan por la ironía y han bautizado a esta línea ferroviaria como "el Expreso pingüino-bolivariano", mofándose de la lentitud del servicio y en referencia a los apodos respectivos de Kirchner y el presidente venezolano. En los últimos 12 meses, siete accidentes sobre las vías y pasos de vehículos han dejado 72 muertos y 700 heridos.
Esta decadencia de la red de ferrocarriles argentinos choca de bruces con su pasado. El 29 de agosto de 1857 se puso en marcha en Buenos Aires el primer tren de Latinoamérica. Su locomotora a vapor tuvo por nombre 'La Porteña'. Unía 10 kilómetros del centro de Buenos Aires al barrio Flores. Al evento asistieron 60.000 vecinos.
Argentina es seis veces más extensa que España y en el siglo XIX estaba prácticamente despoblada, por lo que requería imperiosamente de un sistema de transportes que vertebrara la Nación y llevara a la gente y a las mercancías, sobre todo en la llanura de la Pampa, núcleo productivo del país.
Así pues, una red ferroviaria en forma de pulpo se fue extendiendo con sus tentáculos en las ricas provincias agropecuarias y la cabecera en Buenos Aires, puerto de embarque de carnes, granos y cueros hacia Gran Bretaña, que en el siglo XIX y hasta 1930 actuaba como una metrópoli comercial.
Los Ferrocarriles del Estado crecieron a toda máquina y llegaron a contar en los años 40 hasta con 47.000 kilómetros de vías por todo el país, una de las mayores redes del mundo. Cubrían una superficie equivalente a Europa occidental, dando vida a 2.085 ciudades y pueblos, desde la helada Patagonia austral hasta las templadas cataratas subtropicales de Iguazú. Y permitían trabajar a 220.000 ingenieros y técnicos.
Pero tras la ola neoliberal de los años 90, con privatizaciones de empresas públicas durante el gobierno del peronista Carlos Menem (1989-1999), las vías operables se redujeron siete veces, a 7.000 kilómetros, dejando 870 pueblos fantasmas y 135.000 empleados ferroviarios en la calle. Muchos ciudadanos llaman a esa sangría "el ferrocidio" argentino.