Esta imágen de la última final de la Copa del Rey, ¿se repetirá en esta Liga?
Previo al comienzo de esta edición de la liga de España, se creía que los clásicos entre el Real Madrid y el Barcelona iban a ser los que iban a definir el campeón. Hoy por hoy, la realidad está muy lejos de ser lo que se vaticinaba: los 36 partidos restantes que tienen los dos grandes están decidiendo el futuro de este campeonato.
Vayamos a lo sucedido en esta fecha: ambos equipos tenían encuentros ganables, considerando las posiciones que tienen unos y otros. Los “merengues” recibieron al Zaragoza, que ocupa el último lugar, y los “blaugranas”, con el envión anímico que significó eliminar a sus acérrimos rivales en la Copa del Rey, visitaron al Villareal, escuadra situada en la 17º ubicación, a contramano de temporadas anteriores.
En primer lugar fue el encuentro entre los dirigidos por José Mourinho y los “maños”. El comienzo fue un tanto dificultuoso para los locales, ya que en el minuto 11 Lafita abrió la cuenta para la visita, empujando un centro atrás hacia él. Sin embargo, casi como si fuese un deja vu de lo sucedido 8 días atrás frente al Athletic Bilbao, pudieron sobreponerse a esta adversidad: primero Kaká empató las acciones luego de recibir una buena habilitación de Ricardo Carvalho cuando pasó media hora del inicio del juego, más tarde, en los primeros instantes del complemento, Cristiano dio vuelta el marcador luego de una muy buena jugada colectiva, aunque en una posición dudosa, y poco después, Mesut Özil estableció el 3-1 final también con un gran trabajo colectivo.
Ni bien los jugadores entraban al vestuario en el Santiago Bernabeu, en El Madrigal sucedía todo lo contrario: los dirigidos por Josep Guardiola jugaron sabiendo el resultado del Madrid. Pero se encontraron con el Submarino Amarillo prácticamente estacionado en su área, haciendo una gran labor defensiva, salvando las distancias, casi al estilo del Chelsea en las semifinales de la Champions League de la temporada 2008-09. Encima los jugadores culés no estaban en su tarde, además de que luego del clásico del miercoles quedaron lesionados Andrés Iniesta y Alexis Sánchez. El mediocampista tiene para varias semanas de recuperación, mientras que el atacante chileno llegó a la contienda entre algodones, entrando en los últimos 30 minutos para intentar cambiar la historia, algo que jamás sucedió. Fue 0-0
Si aquella teoría de que el clásico era lo que definía al campeón hubiese sido cierta, el Barcelona sería puntero, con poca diferencia sobre el Real, claro está, pero líder al fin y al cabo. Sin embargo, los comandados por “Mou” están punteros con 7 puntos de diferencia por sobre los liderados por “Pep”. Muchos se preguntarán por qué.
Los blancos ganaron en 17 de los 19 partidos que jugaron, considerando que con el Zaragoza ya se enfrentaron en dos ocasiones, y sin contar aquel clásico del 29 de noviembre en la capital española. Empató contra el Racing de Santander (fecha 5), y cayó ante el Levante (fecha 4).
Por su parte, al Barcelona le fue mucho peor en ese rubro, porque en esos 19 partidos (se repite Villarreal) tuvo un récord de 12 victorias, 6 empates y 1 derrota, siendo quienes pudieron sacarles puntos la Real Sociedad (3º), el Valencia (5º), el Sevilla (9º), el Athletic Bilbao (12º), el Getafe (14º; única derrota en la campaña), el Espanyol (18º), y ahora el Villarreal (21º). Hay que destacar que todos esos equipos cayeron ante la Casa Blanca.
Muchos al ver esto se preguntarán por qué un equipo puede ganarle al líder, pero no puede hacer lo propio con equipos de menor jerarquía. Probablemente, la única respuesta posible, más allá de que es algo archiconocido, es que en el fútbol no hay verdades absolutas. Quizá por ello esa teoría está fracasando por ahora. Aunque aún no hay nada dicho.