El falso pactito PP-PSOE

Publicado el 13 junio 2013 por Rgalmazan @RGAlmazan

Y van y se casan, pero de pega. Por teléfono, con alevosía y premeditación y sin contar con nadie más, salvo ellos dos; los grandes partidos (cada vez menos). Es un claro signo de maquillaje para ver si cuela y los ciudadanos vuelven a confiar en dos partidos en declive, que se precipitan en el abismo de las encuestas.

¿Y cómo se hace esta pacto? En primer lugar por teléfono. Ya tiene guasa que Rajoy y Rubalcaba que estuvieron ayer en el congreso no hablaran personalmente de ello. Se ve que pactan por teléfono y se quedan tan contentos.

A partir de ahí, se convoca a los otros partidos, cuando el acuerdo está hecho, y no lo hace el presidente del gobierno (él está por encima de estas pequeñeces), sino que se lo encargan a Soraya Rodríguez y Alfonso Alonso –los portavoces—. Los otros partidos, visto que está todo cocinado se niegan a ir a la reunión, dejándoles más solos que la una. Una verdadera vergüenza que no hace sino demostrar lo puramente destructivo que es este bipartidismo. Donde un partido se retroalimenta con el otro y viceversa.

¿Y qué es lo que dice el pacto? Absolutas obviedades, cosas intangibles sin acuerdos precisos. Acuerdos sobre ambigüedades sobre las que, prácticamente, nadie pueda estar en contra, pero cuya generalidad los deja vacíos. Principios sin desarrollar que dan como resultado útil: cero.

Porque lo que va en el paquete de medidas que se presenta es lo que Merkel y secuaces han negado constantemente. Son principios finalistas que no dejan de ser deseos sin que se especifiquen detalles:

  • Impulsar, en el seno de la Unión Europea, avances hacia una verdadera Unión Económica y Monetaria en sus pilares financiero, fiscal, económico y político.
  • Impulsar el crecimiento y el empleo .
  • Adoptar nuevas iniciativas que redunden en el fomento del empleo juvenil
  • Incrementar el volumen total de fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) destinados a las PYME.

Pero, ¿cómo, cuándo, con qué recursos? Eso parece no importar.

Lo que se debería pactar, intentarlo al menos son cosas importantes que hicieran ver a la Troika que este país no se rinde, que no se somete a los Tribunos europeos. Pero claro eso sería pedir peras al olmo, por ejemplo:

  • Eliminar de la Constitución el tope de déficit que se aprobó hace dos años con premeditación, agostidad y alevosía por los dos grandes grupos y que nos está obligando a priorizar el déficit por encima de las personas.
  • Introducir en la Constitución, una defensa clara sobre nuestro Estado del Bienestar, que nos preserve de posibles recortes sobre Educación, Sanidad, Dependencia o Pensiones.
  • Designar recursos desde los bancos públicos (Bankia, etc.) para las PYMEs y la creación de empleo.
  • Buscar una unidad de acción junto a Grecia, Portugal, Italia y Francia para oponerse a los desmanes de la Troika y enfrentarse a sus requerimientos inquisitoriales.

Porque lo que se propugna con este pactito no tiene que ver con la ciudadanía, es lavar la cara de los dos partidos, y sobre todo de los dos líderes, que están más quemados que el cenicero de un bingo, e intentar resucitarlos tratando de que no se termine de hundir el bipartidismo. Eso y sólo eso es lo que se pretende. Por eso, hay que decir que este acuerdo es una filfa y que con nosotros no cuenten para esa pretendida superación de imagen de los superlíderes.

Salud y República