Bróccoli, el escudo de la próstata
Una investigación ha identificado uno de los mecanismos anticáncer fundamentales del sulforafano, y el hallazgo sugiere que esta sustancia vegetal tan estudiada podría ser capaz de ir más allá de la prevención del cáncer, terreno en el que ya se la conocía, para adentrarse en el campo de su uso terapéutico como tratamiento contra el cáncer avanzado de próstata. Hay bastantes indicios de que el compuesto podría ser útil para tratar el cáncer que ya ha hecho metástasis, y que puede actuar junto a métodos ya existentes.
El sulforafano pertenece a un grupo de fitoquímicos, que son compuestos que combaten las enfermedades en alimentos de origen vegetal, conocido como isotiocianato Junto con los fitoquímicos, evita que ciertas enzimas activen los agentes causantes del cáncer en el cuerpo y aumenta la producción en el cuerpo de otras enzimas que eliminan los carcinógenos del sistema antes de que puedan dañar las células, de acuerdo con el Breast Cancer Research Program.
Este se produce en plantas vegetales crucíferas sólo cuando 2 enzimas en diferentes "sacos" reaccionan, la mirosinasa y la glucorafanina.
Los retoños del brócoli son la fuente de alimentos más ricos en glucorafanina, el precursor del sulforafano, también conocido como glucorafanina sulforafano. Los retoños de brócoli de tres días son fuentes concentradas de este fitoquímico, que ofrece de 10 a 100 veces más de ello, por peso, son mucho mejor que el brócoli maduro o el coliflor, de acuerdo con una investigación publicada en septiembre de 1997 en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Una porción de 1 onza (28 gramos) proporciona 73 mg de sulforafano glucosinolato. Por porción de 100 gramos, los retoños de brócoli proporcionan aproximadamente 250 mg. Puedes comprarlos en muchas tiendas de artículos para la salud y ciertos supermercados. Ligeramente cocinados, saben a espinacas al vapor.
Algunos estudios sugieren que el sulforafano podría ayudar a prevenir el riesgo de cáncer de mama, próstata, pulmón, estómago, colon, y recto.
No obstante, hay un enorme problema: miles de sustancias muestran propiedades anticancerígenas en estudios de probeta (in vitro) -y hasta en animales (in vivo)-, pero no logran dar un resultado beneficioso al ser empleadas en humanos.
Los estudios observacionales no son concluyentes ya que todavía son controversiales, algunas veces conllevando a conclusiones de riesgo y en otras de beneficio.
La historia del betacaroteno es un ejemplo instructivo. No sólo los estudios de probeta encontraron que el betacaroteno tenía propiedades anticancerígenas, sino otros estudios sugirieron que las personas que consumían alimentos altos en betacaroteno tenían menos cáncer pulmonar.
Sin embargo, grandes estudios subsecuentes del tipo conocido como doble ciego encontraron que los suplementos de betacaroteno no ayudan a prevenir el cáncer pulmonar, e incluso podrían incrementar el riesgo.
Pero ahora, acerca del bróccoli, se conoce un avance fundamental.
Una investigación ha identificado uno de los mecanismos anticáncer fundamentales del sulforafano, y el hallazgo sugiere que esta sustancia vegetal tan estudiada podría ser capaz de ir más allá de la prevención del cáncer, para adentrarse en el campo de su uso terapéutico como tratamiento contra el cáncer avanzado de próstata. Hay bastantes indicios de que el compuesto podría ser útil para tratar el cáncer que ya ha hecho metástasis, y que puede actuar junto a métodos ya existentes.
Tal como advierte el equipo de la profesora Emily Ho, de la Universidad Estatal de Oregón, en Corvallis, USA, las dosis farmacológicas necesarias para el tratamiento del cáncer serían mucho más elevadas que las obtenibles comiendo brócoli, por lo que el compuesto debería administrarse en forma de suplementos. También se requeriría confirmar, primero, la seguridad de este compuesto al usarse en niveles tan altos.
En cualquier caso, un conocimiento lo bastante detallado sobre cómo el sulforafano es capaz de matar selectivamente células cancerosas, puede brindar pistas clave para desarrollar nuevos fármacos anticáncer.
Docenas de estudios han examinado el valor que para la salud tienen vegetales crucíferos como por ejemplo la coliflor, la col o repollo, la col de Bruselas (repollito de Bruselas), y en particular el brócoli, y muchos de ellos han acabado centrándose en el papel del sulforafano, un compuesto presente en estos alimentos. Los brotes de brócoli contienen algunos de los niveles dietéticos más altos del precursor del sulforafano. El sulforafano es liberado en el cuerpo cuando comemos dichos vegetales crucíferos.
En estudios de laboratorio, el sulforafano ha mostrado toxicidad frente a una serie de líneas de células cancerosas humanas, incluyendo las del cáncer de próstata, mama, ovario, colon y páncreas, y en estudios con animales disminuyó las metástasis del cáncer de próstata.
Esto es fundamental en la investigación.
2 datos adicionales:
> Existen variedades de repollo, muchas de las cuales son ricas en glucosinolatos. Dos variedades en particular, son altos en este precursor de sulforafano, el repollo Savoy y el repollo rojo. Al igual que otros vegetales crucíferos, la cocción destruye los fitoquímicos y puede inhibir la reacción entre la mirosinasa y el glucorafanino, necesario para producir sulforafano. Media taza de 45 gramos de repollo Savoy en cuadros proporciona 35 mg de glucorafanina totales mientras que la misma cantidad de repollo rojo en cuadros proporciona 29 mg. La mejor manera de evitar la pérdida de fitoquímicos en el repollo es disfrutarlo crudo, tal vez en una ensalada.
> Otro vegetal dentro de la familia de crucíferos o Brassaca es el retoño de Bruselas. De acuerdo con el Instituto Linus Pauling for Micronutrient Research, aunque todos los vegetales crucíferos son ricos en fitoquímicos que luchan contra las enfermedades, algunos son mejores fuentes de glucosinolatos específicos, o precursores de sulforafano, que otros. Una porción de media taza de 44 gramas de retoños de coles de Bruselas, crudos, proporcionan aproximadamente 104 mg de glucosinolatos totales. Ellos son compuestos solubles en agua que se filtran en agua hirviendo. Dichos fitoquímicos se destruyen fácilmente. Hervir los vegetales crucíferos de 9 a 15 minutos disminuye el contenido total de glucosinolato de un 18 a 59 por ciento, de acuerdo con la investigación publicada en septiembre de 2003 en el "British Journal of Nutrition". Los métodos de cocción que utilizan menos agua, como cocinar en microondas o al vapor, pueden reducir las pérdidas.
LA IDEA DE DIOS.
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