Por Iván Campaña
(Publicado en el blog del autor, Iván Gabriel, el 22 de julio de 2008)
Para los que no les suena el nombre Isaac Asimov es porque se ha perdido de leer las historias de ciencia ficción que le dieron forma a muchos de los conceptos utilizados en las películas de hoy en día. Las muestras más directas son las películas que se basaron en sus libros, Yo robot (escrito en 1951) y el Hombre Bicentenario (escrito en 1976).
Pero la idea central de sus historias se ha seguido utilizando inclusive hasta el día de hoy. De hecho este post se me ocurrió mientras me veía por 2da ocasión la película Wall-e, y mientras recordaba muchas cosas, en especial los elementos de crítica que tiene esta película, pensé en el “fantasma en la máquina”, “the ghost in the machine” o “the ghost in the shell”.
La idea tras el fantasma en la máquina es que así como los seres humanos al ser analizados somos simplemente una entidad orgánica generada a partir de un conjunto de elementos químicos, funcionamos y tenemos reacciones específicas, las máquinas a través del tiempo podrían llegar a generarlas, pues no hay teóricamente algo que se los impida.
En otras palabras, si nosotros siendo una masa viva, tenemos un “alma”, porqué los robots no podrían un día llegar a desarrollar algo parecido, tener sentimientos, estar conscientes de su propia existencia.
Si aún hoy en día existen seres humanos que funcionan como máquinas, enfocados en objetivos específicos, aparentemente sin sentimientos y sin la posibilidad de relacionarse con otras personas. Pero qué pasa si de repente es otro organismo o inclusive una máquina la que comience a tener esas reacciones, llega a estar consciente de su existencia y desarrolla “sentimientos”.
Podría entonces ese pedazo de metal frío aprender lo que es el “amor”, afecto, preocupación, miedo, constancia, etc… A pesar de que no estuvieran “programados” originalmente para reconocer dichos elementos, podríamos pensar entonces en que una vez que lo aprendieran o lo descubrieran no se les olvidaría?
Si esas ideas fueran ciertas, podrían enseñarnos cosas como lo que trataron de hacer en la película, aunque bueno, eso quiere decir que también se podrían volver locos.
Fuera de todo esto, a los siglos que vuelvo a escuchar la voz de Peter Gabriel y lo peor es que yo lo comento y nadie recuerda a este cantante, es acaso que estoy muy viejo o soy de los pocos que recuerda esto:
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