Aunque las críticas han sido tibias y en algunos casos muy negativas, calificando la obra como monótona e incongruente, lo cierto es que Love never dies parece estar funcionando entre el público desde su estreno en el mes de marzo, aunque Andrew Lloyd Webber tuvo que pagar una multa de 20.000 libras por pintar de negro la fachada del teatro Adelphi (considerado como edificio de interés especial) para promocionar la obra.
Esta semana tenéis una nueva oportunidad de disfrutar de la secuela de El fantasma de la ópera En Primera Fila, en dos ediciones.