Hermoso como la peste negraViciado como una primera comunión en SodomaDulce como un beso negroAmargo como el vino del suicidaMonstruoso como un ángel con priapismoFebril, como una virgen a horcajadasAterradora como la infanciaDeforme como una bacante ancianaExtraviado como un eremita en un burdelNegro, como el amor verdadero.Impotente, como una venus con los tacones rotos.Ausente, como la verdad.Indigno como las promesasHiriente como solamente los espejos pueden serloAtroz como la poesíaViscoso como la imaginaciónPlomizo como la mañanaSacrílego, como la alegríaDesbocado, como una muerte lenta.Doloroso, Como la misma vida.
Álex Portero, extraído de su blog, Jugando entre las ruinas