1.”Escribí e imprimí un libro por el que he sido declarado por el Santo Oficio como vehementemente sospechoso de herejía, por haber sostenido y creído que el Sol era el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra no era el centro y que se movía…Yo, Galileo, hijo del difunto Vincenzo Galilei, florentino, de setenta años de edad, compareciendo personalmente como acusado ante este tribunal y arrodillado ante vosotros, eminentísimos y reverendísimos señores Cardenales Inquisidores Generales contra la depravación herética a lo largo y a lo ancho de toda la comunidad cristiana, teniendo ante mis ojos y tocando con mis manos los Santos Evangelios, juro que he creído siempre, y que creo ahora, y que, con la ayuda de Dios, creeré en el futuro, todo lo que sostiene, predica y enseña la santa Iglesia Católica Apostólica Romana. Pero en vista de que…he sido declarado por el Santo Oficio como vehementemente sospechoso de herejía, es decir, por haber sostenido y creído que el Sol era el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra no era el centro y que se movía…prometo cumplir y observar en toda su integridad todas las penitencias que me han sido impuestas por este Santo Oficio. Y me someto a todas las penas y penitencias impuestas y promulgadas en los cánones sagrados…Que así me ayuden Dios y estos Santos Evangelios que toco con mis manos. Yo, el antedicho Galileo Galilei, he abjurado…”. Después de pronunciar este discurso, Galileo murmuró “y sin embargo se mueve”. Fue condenado a prisión de por vida por la iglesia en la que militó. La difusión de su obra fue completamente prohibida. Fue obligado a abjurar. Confinado en cárcel por casa, consiguió que sus demostraciones científicas pasaran la frontera gracias a ciertas visitas. Humillado, viejo, cansado y ciego, murió en 1642.
- Formó un club especial: no se pagaba cuota, la entrada era libre y estaba formado por una Sociedad de Amigos. El club vigilaba que reinara el espíritu de la crítica y los temas de discusión rondaban los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Ayudaban a los indigentes con lo que se recogía en una bandeja puesta en la puerta del sitio de reunión. Pero el objetivo no era filantrópico, así que llegado el momento, el fundador y los miembros del club, formaron parte activa en los movimientos revolucionarios y en la toma del poder. Pero al estabilizarse ligeramente la revolución, pidieron que cesaran los castigos, en carta abierta en la prensa pidieron a Robespiere: …“Libera de la prisión a esos 200 mil ciudadanos que has calificado de ‘sospechosos’; en la Declaración de Derechos no hay ninguna cláusula que permita condenar a la cárcel a un individuo por mera sospecha ¿Estás decidido a exterminar a toda la oposición en la guillotina? ¿Qué empresa podría ser más inútil que esta? No puedes destruir a un oponente en la guillotina sin crear diez enemigos más entre su familia y sus amigos”… Pero los miembros de aquel club inicial fueron apodados “los indulgentes” e inmediatamente tildados de traidores. Fueron ejecutados, frente a la multitud. Las cabezas de Danton y sus amigos fueron exhibidas para el bochorno de la historia. Su crimen la traición.
- Eran tiempos de guerra y aquel hombre de ideas encendidas se encontraba en el exilio. Durante años había revisado una y otra vez junto a sus compañeros, la estrategia, estudiado cada detalle de la organización, publicado en periódicos la teoría y la práctica, los peligros y las posibilidades de la revolución. Pero estaba lejos de su país y su revolución estaba siendo desvirtuada por otros. La única posibilidad de cambiar la historia, era cruzar Alemania en tren y llegar lo más pronto posible a Rusia. En ese momento, Alemania libraba la Gran Guerra contra Rusia, así que todo aquel que pasara a través de Alemania, era fichado como traidor. El diario Petit Parisien publicaba que el Gobierno Provisional de Rusia consideraba a los viajeros que atravesasen Alemania, como reos de alta traición. El asunto geográfico y logístico pretendía marcar a esos hombres y mujeres deseosos de cambiar el mundo. Marcar a Lenin de traidor por tomar una ruta de tren.
- Una mujer demacrada de cabellos grises, era detenida en la vía pública. No parecía estar asombrada, pues un dejo de extenuación marcaba su rostro. Los soldados la empujaban a pesar de su edad y de su torpe caminar. Los transeúntes al reconocer a la mujer, aprovecharon de gritar insultos, esos que a través de la historia se le han lanzado a las revolucionarias. Eso te pasa por puta, vieja renca. Pero esos improperios se los había ganado no por sus costumbres íntimas, ni por sus defectos físicos. Había creído en el socialismo, en el feminismo, se opuso a la guerra, pero lo que más le conquisto enemigos, fue emplazar a sus ex compañeros de filas, los socialdemócratas: “La dirección ha fracasado. Pero la dirección puede y debe ser creada de nuevo por las masas y a partir de las masas. Las masas son lo decisivo, ellas son la roca sobre la que se basa la victoria final de la revolución. ¡El orden reina en Berlín!, ¡esbirros estúpidos! Su orden (gobierno) está edificado sobre arena”. Los soldados que la empujaban le dijeron que iría presa. Pero no fue cierto, después de un par de golpes en la cabeza, le dispararon y la lanzaron a un rio. Sus ex compañeros de partido que habían dado las órdenes, respiraron aires victoriosos, pues habían desaparecido a uno de los pilares del pensamiento socialista alemán. Su alegría les duró poco. Estaban abonando el terreno para el surgimiento de Hitler.
- Creyó firmemente en la solución pacífica de los problemas en Venezuela, en el entendimiento general unitario así que participó en la Junta Patriótica, creyó que las diferencias transitorias podrían ponerse a un lado para sentarse todos a trabajar por la Patria. También creyó que cada uno pensaría más en el progreso del país que en sus intereses personales y que el patriotismo estaba por encima de los grupos. Pero una vez estabilizado el gobierno que llamaban democrático, aquel joven trujillano, se dio cuenta que los privilegios continuaban en manos de los mismos. Que de nada había servido derrocar una dictadura burguesa para instalar una democracia burguesa. Así que decidió abandonar las poses hipócritas de sus compañeros en el congreso y colocarse en el bando de los que se parecían más a sus ideales. Se quitó el flux y la corbata y se colocó un atuendo más acorde a lo que había prometido al pueblo cuando se metió en la política. Abandonó el personaje que jugaba a la calistenia mental desde el patíbulo del congreso nacional contra enemigos de mentiritas. Pero sus ex compañeros de Junta, no le perdonaron el cambio de atuendo, lo buscaron hasta el último confín, lo apresaron y lo ahorcaron. Al final quisieron tapar su valentía, diciendo que se había suicidado.
La iglesia condenó Galileo, uno de sus militantes y creyentes más destacados por desafiar el orden de creencias de su época. Lo humillaron hasta su muerte.
A Dantón le quitaron la cabeza sus compañeros de causa, por llamar a la cordura, al cese del terror. El pensamiento que guió su ejecución fue el mismo que terminó entregando la revolución francesa en manos de la Monarquía de Napoleón.
A Lenin los reformistas lo tildaron de traidor por atravesar en tren Alemania, cuando era la única ruta posible para llegar a Rusia y cambiar el rumbo reformista que venía tomando la revolución.
A Rosa la lanzaron muerta a un rio por decirle a sus ex compañeros de partido que sin socialismo y sin pueblo, el gobierno era un castillo de arena. A dos años de su muerte surgía con fuerza el partido que llevó al poder a Hitler.
A Fabricio lo ahorcaron por emplazar a los socialdemócratas adecos, copeyanos y urdistas de haber traicionado la gesta del 23 de enero.
Cinco ejemplos de cómo opera el fascismo contra aquellos que exigen que se imponga la verdad sobre los falsos dogmas, la profundización del conocimiento, el llamado a la cordura, la delimitación de campos y el respeto a los principios socialistas. Cinco ejemplos de cómo el fascismo reformista y conservador opera contra los revolucionarios.
Rosa Natalia 1-11-2014
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Fuentes:
La abjuración de Galileo 1633 http://laicismo.org/data/docs/archivo_219.pdf
Club de los Cordeliers (Club de los Cordeleros)
http://es.wikipedia.org/wiki/Club_de_los_Cordeliers
Stefan Zweig (1927) Momentos estelares de la humanidad, Capitulo El tren sellado: Lenin. http://www.pcr.org.ar/sites/default/files/214_noviembre-zweig-baja.pdf
Rosa Luxemburgo (1919) El orden reina en Berlín.http://www.marxists.org/espanol/luxem/01_19.htm
Carta de renuncia de Fabricio Ojeda 30 de junio de 1962http://www.nicolasmaduro.org.ve/presidente/la-carta-de-renuncia-de-fabricio-ojeda-se-convirtio-en-una-denuncia-contra-el-puntofijismo/#.UyWhavl5Ols; http://www.cedema.org/uploads/libro%20fabricio.pdf