Tenemos patria es la ultima excusa oficial para que el venezolano, acostumbrado a un particular discurso, entienda y asuma que debe pagar el precio de una situación que el gobierno ha implementado y del que no podremos salir ilesos. Las versiones anteriores del tenemos patria las implementó el dictador anterior, el padre de la criatura, que bajo el supuesto de querer y luchar por los que menos tienen, ha dilapidado los mayores ingresos que pudo tener Venezuela en sus doscientos años de existencia.
Es el mensaje, es el discurso, es el proceder. El gobierno, sabiéndolo o no, ha ido implementando esta ideología como si estuviéramos previendo la II guerra mundial. La patria es el muerto gigante y ello le permite al gobierno su libre actuar, todo sea en nombre de Chávez. La patria es más importante que los ciudadanos, por lo que cualquier intento de algún individuo por luchar por sus intereses o necesidades llevará el mazo firme del gobierno. Cuando las cosas van mal, muy mal – como estamos empezando a ver – el flash de la culpa va pasando por cada actor que pueda marearnos un rato: Capriles, Leopoldo, Antonio, María Corina, Uribe, Obama, aquellos países que han recibido la mayor inmigración venezolana de los últimos años, los cuarenta años de la democracia, el imperio, la CIA, el capitalismo salvaje y un largo etcétera que podríamos recordar en estos 15 años de caída libre.
La verdad es que, este fascismo criollo, es de total propiedad del gobierno y sus aliados. Son dueños de todos los medios que tienen alcance en el país, por lo que el mensaje va nítido a los venezolanos. Aunque se niegue, aunque traten de evitarlo, el mensaje cala de alguna manera y lograr su propósito. Que el grueso de la población, sino culpa a la oposición, por lo menos le de miedo enfrentarse al gobierno. Además son dueños de los medios de producción o dueños de los medios de financiamiento o dueños de los dólares con los que el reducido sector privado puede producir lo que apenas alcanza para las habituales colas que hemos incorporado a nuestras vidas.
En resumen: Culpa a los otros, hazte la víctima, señala a tus enemigos y ten a los ciudadanos a la distancia de un tiro de piedra: Que puedan hacer lo que quieran pero vigilados. Es la industria del miedo, la cobija con la que nos han venido abrigando, es un arma fundamental de la ideología que el gobierno aplica pero achaca a la oposición.
El gobierno ante la situación se ve en la necesidad de aplicar el guion de los padres de la dictadura: Cuba. Muestra cualquier parapeto intentando lavar su imagen, imposible, tantos muertos que decoran los apellidos Castro, Chávez y ahora Maduro y Cabello por nombrar a unos pares, hacen imposible que la gente pueda creerle a la dictadura.
El fascismo de acá tiene aliados en la oposición, los necesita, y en gobiernos cercanos que le pueden dar esa fuerza que está perdiendo dentro del país. Los países que le apoyan lo hacen porque entienden que este proceder es el ideal para mantener una ideología y la purita verdad: Una manera de hacer corrupción. Los países que callan tienen algún beneficio de la dictadura y necesitan de ese beneficio. La oposición que colabora simplemente busca salvar su cuadre, mas nada.
Esto es lo que la gente de todas partes del mundo necesita saber. Venezuela vive una dictadura, fascista, y el silencio que le rodea es de todos los que se han venido beneficiando del desangramiento del país. Los dueños del gobierno, los países cercanos y cualquiera que ha podido sacarle tajada a este entuerto.