También explica con claridad y verdad como la izquierda ha manipulado la historia para convertir en fascismo en un fenómenos de "ultraderecha", construyendo así una de las mas falsas y sucias estafas ideológicas de los tiempos modernos.
Del libro se extraen párrafos brillantes y certeros como los siguientes:
Tanto los nazis alemanes como los fascistas italianos fueron, desde sus primeros tiempos, partidos socialistas.
El último discurso de Benito Mussolini antes de morir en el que reconocía que el FASCISMO es un movimiento de izquierda, distinto a lo que intentan reflejar hoy medios de comunicación, ONG y activistas progresistas:
En el año 1943, Benito Mussolini promueve la “socialización de la economía”, también conocida como la socialización fascista; para este proceso Mussolini busca el asesoramiento del fundador del Partido Comunista Italiano, Nicola Bombacci; el comunista fue el principal autor intelectual del “Manifiesto de Verona”, la declaración histórica con la que el fascismo promueve este proceso de “socialización” económica para profundizar el anticapitalismo y el autarquismo, y en la que Italia pasa a denominarse “República Social Italiana”.
El 22 de abril de 1945 en Milán, el líder fascista declararía lo siguiente:
“Nuestros programas son definitivamente iguales a nuestras ideas revolucionarias y ellas pertenecen a lo que en régimen democrático se llama "izquierda"; nuestras instituciones son un resultado directo de nuestros programas y nuestro ideal es el Estado de Trabajo. En este caso no puede haber duda: nosotros somos la clase trabajadora en lucha por la vida y la muerte, contra el capitalismo. Somos los revolucionarios en busca de un nuevo orden. Si esto es así, invocar ayuda de la burguesía agitando el peligro rojo es un absurdo. El espantapájaros auténtico, el verdadero peligro, la amenaza contra la que se lucha sin parar, viene de la derecha. No nos interesa en nada tener a la burguesía capitalista como aliada contra la amenaza del peligro rojo, incluso en el mejor de los casos ésta sería una aliada infiel, que está tratando de hacer que nosotros sirvamos a sus fines, como lo ha hecho más de una vez con cierto éxito. Ahorraré palabras ya que es totalmente superfluo. De hecho, es perjudicial, porque nos hace confundir los tipos de auténticos revolucionarios de cualquier tonalidad, con el hombre de reacción que a veces utiliza nuestro mismo idioma”.
Seis días después de estas declaraciones, Benito Mussolini sería capturado y fusilado.
En España, un país lleno de imbéciles que se creen las mentiras de los políticos, la estafa de ocultar que el socialismo es fascismo puro llega a límites de récord mundial. Sánchez estigmatiza a VOX y al PP llamándolos "fascistas", cuando el verdadero fascista es el PSOE que el dirige.
El diabólico "método Sánchez" para ocultar su fascismo totalitario es llamar "fascistas" a todos su enemigos, con lo que consigue confundir y evitar que el pueblo le señale a él como lo que es: el auténtico fascista español.
Francisco Rubiales