Muchos internautas hemos sido vĂctimas del ya célebre y pesado virus de la policĂa. Un virus que entra de repente, te bloquea el ordenador y te avisa de que es un mensaje de la policĂa, que has sido pillando viendo pornografĂa u otras webs ilĂcitas y que Ăşnicamente ellos pueden desbloquearte si no quieres meterte en lĂos. Y entonces, el internauta, incauto, y por lo general temeroso de haber cometido algĂşn acto impuro en la red, en ocasiones (las mĂnimas), cae y estĂĄ dispuesto a abonar una cantidad de dinero mediante tarjeta de crédito para que te dejen en paz.
Se trata del virus de la policĂa, un timo que busca lograr los datos privados de tus tarjetas para robarte tus ahorros. La policĂa, -la real,- ha avisado que todo es mentira, un timo, y que nadie se crea que ellos coaccionan a la gente asĂ. Ellos no espĂan al usuario para amenazarle con una sanciĂłn a cambio de dinero. Y es que las fuerzas del orden no avisan, espĂan directamente. Con esto abro el tema, y es que si bien es un timo el virus de la policĂa, no es mentira que el FBI puede espiarnos a los usuarios.
La era del espionaje cibernético
Para espiar al internauta, el FBI se vale de malware que inyecta en los ordenadores interesados de investigar y, de este modo, consigue activar la webcam sin avisar al usuario ni hacerse notar. De otro modo, poco sentido tendrĂa espiar, Âżno creen? Es difĂcil de pillar al espĂa, porque cuando lo hacen, no encienden la lucesita de la cĂĄmara que suele estar encendida durante su uso. El malware en cuestiĂłn entrarĂa al ordenador del usuario cuando éste abriera un correo en su cuenta de Yahoo.
Pero no sĂłlo es de interés la imagen que una webcam pueda captar del usuario, sino por supuesto todo el material almacenado en el equipo, como archivos, fotografĂas, historial de navegaciĂłn y cualquier dato suculento. ÂżSerĂĄ ésta otra historia de espionaje secreto para alimentar la morbosidad, y de paso el miedo y odio de la sociedad hacia las autoridades? De momento podemos estar tranquilos, y es que afortunadamente, nosotros no tenemos nada que ocultar. Menudo aburrimiento para el espĂa.