Las pasadas elecciones autonómicas significaron un cambió definitivo en Euskadi. La aplastante victoria en Guipúzcoa y los buenos resultados en el resto de la comunidad aútonoma de Bildu, la coalición que agrupa a la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba, la escisión de IU/EB, es el símbolo de un antes y un después en el conflicto entre nacionalistas y constitucionalistas que dejaba prever ya claramente la siguiente declaración del fin de la “lucha armada de ETA”.
Los ciudadanos vascos ya sabían que el fin del terrorismo era inminente y consecuencia de ello, los sectores más independentistas y a la izquierda del PNV dejaron claro su apuesta por formar un bloque independentista de izquierdas que por una parte sirviera de futura alternativa a la ambivalencia en cuanto a la cuestión del derecho a la autodeterminación del PNV, que acelerara la inminente decisión de ETA de dejar las armas y que a la vez configurara el cleavage nacionalismo/constitucionalismo por delante de otros posibles ejes como el clásico izquierda/derecha en torno al discurso de los partidos y del propio discurso de la calle.
La intención de crear una alternativa verdadera al PNV desde los sectores trabajadores y socialdemócratas nacionalistas tras lo que veían como ya el inminente final de ETA, ha pesado por encima de diferencias ideológicas. Paradójicamente es el nacionalismo lo que ha aunado a partidos de izquierda.
Pero es que el discurso de Alternatiba o E, incluso el de la izquierda abertzale plantea una suerte de izquierdismo propio, que ensalza el cooperativismo empresarial , la comunidad ciudadana y la movilización social como ejes de una política más cercana a los ciudadanos.Y por supuesto su meta sigue siendo la independencia de el País Vasco y buscar la salida menos "dolorosa" posibles para los etarras en busca y captura y los presos condenados por asesinatos y otros cargos.
Según diversas fuentes fiables muchos votantes no nacionalistas, incluso no nacidos en Euskadi han votado a Bildu tras apostar por el fin de la violencia, a pesar de seguir queriendo una "salida negociada" para presos y etarras en busca y captura.